sábado, 24 de marzo de 2007

CRUZAR EL ABISMO, ACERCARSE AL PUENTE(..)

EL OJO DE CIRCE
Lucía Estrada
Universidad Externado De Colombia. Bogotá. Octubre de 2006. 70pp

Empiezo preguntando dos cosas:
Uno) ¿Cuántas vidas ha llevado a cabo el espíritu de Lucía Estrada?, y
Dos) ¿Es escribir poesía, esa peligrosa actividad, la misión de vida de la autora que nos ocupa en este espacio?


Lucía Estrada es uno de esos cada vez menos extraños ejemplares que se asoman al entramado poético de un país, de una zona, de una región, y que desde el mismo silencio, causan la sensación de abrirse camino por medio de una brumosa trocha, con el filo machetudo de su propia palabra.


“El Ojo De Circe” es la antología creada por la misma autora (a sus 26 años) de una suma prolífica y bastante interesante, que la ha llevado a ser reconocida e invitada a diversos países de la zona castellana, y que parte desde su primer título, el aún fresco “Fuegos Nocturnos” comprendido entre los años de 1995 y 1997, cuando ella era, aún, una adolescente en ciernes.


Los otros tres títulos que conforman el marco de las obras completas de la antioqueña, son:
“Noche Líquida” (1998-2000); “Maiastra” (2003-2004); y el multi-platino “Las Hijas Del Espino” (2004-2005)


No pretendo descubrir, con este artículo, las razones que llevan a una chica a dedicarse a la poesía de manera concreta, seria y absoluta. Para ello tendría que enfocarme en la biografía de la escritora, y no hay demasiado tiempo para ello. Por lo que no me queda más remedio que continuar con las preguntas:


Tres) ¿Qué necesita atravesar Lucía Estrada?
Lo digo, porque la frecuencia con que utiliza la palabra puente, es obsesivamente convincente. Es obvio que quiere dirigirse a alguna parte, pero para saberlo…aunque frente a esta cuestión me atrevo a responder algo: Estrada desea llegar a un terreno más firme, o quizás, más claro, en el cuál ella se pueda desprender de las –ya caducas- alas post-adolescentes que la acompañan en ciertos tramos –versos- de sus libros de en medio, porque para el de los años 2004-2005, la oscuridad ha dejado de acompañarla en forma individual, para obsequiarle el beneficio de la compañía, repasando a un grupo de mujeres que han servido a la Historia de la humanidad.


La lectura de buena poesía, abre caminos y puertas, que conducen necesariamente, a un lugar; depende de la voluntad y del resultado impregnado en el marco cerebral del lector.
El camino se dirige, en este caso, a concretar un nombre, a ubicar un nombre dentro de la lista de históricos que se salvan de la podredumbre del olvido, que quedan rezagados para darle paso a quienes verdaderamente tienen algo que decir.


Cuatro) ¿Cuenta una historia?


Las raíces que ella nombra, sobrepasan el legado erótico y se sumergen en la tierra que marca a su propia necesidad de hallarse. ¿El resultado? Parece que todo el comienzo que esta mujer ha escrito, converge en “Las Hijas Del Espino”, una obra de una clara ruptura personal, y más allá, obrística.


La historia será la que cuenta referida a su propia vida.


Cinco) ¿Marca un futuro presentual?

Seis) ¿Desde qué arista se puede tomar su poesía con las manos?

Siete) ¿Es necesario saber usar la boca para recorrer este pequeño libro?


En estos tiempos, en los que el miedo hace de las suyas, y el mundo pretende ser cada vez más seguro, donde la escritura de la narrativa se vuelve en una sopa cada vez más espesa por lo innecesaria, la poesía y debo decirlo, los poetas, marcan ese destino al que se habían sometido desde los tiempos primigenios, en los que ejercían un papel más cercano a la visión del futuro, como pronosticadores o profetas de un Tiempo que no cabía en la mente de los habitantes de ese planeta verde del inicio de la historia escrita.


Estrada nos enseña que no se debe comulgar con el miedo si se quiere volar.
Que no hay lugar a dudas cuando de lo mágico y atemporal se trata, desplazando el ícono del espíritu hacía zonas inidentificables para cualquier organismo pluricelular bípedo y pensante de albores del –puto- siglo XXI.


Ocho) ¿En qué época esta Lucía Estrada?


La necesidad de repasar el pasado, de obtener las condiciones necesarias extraídas de aproximaciones de cierto tipo de heroínas, hacen pensar que esta escritora ha dado un salto por encima del abismo –que tanto temía- o por debajo del agua –que tanto le atraía-, y ha caído en terreno fértil, donde, no importa si se suceden unos años para lograr avizorar su siguiente título, llegará ese resultado que no debemos esperar, por el respeto que se le debe tener a ella como creadora.


Nueve) ¿Es de nuestro tiempo Lucía Estrada?

Diez) ¿El mundo está preparado para la poesía de Lucía Estrada?

y

Once) ¿Es Lucía Estrada de este mundo?


O, “la estela de ese otro sol se mantiene”, indica un mensaje hacía ese otro lugar del cuál ella escapó, con o sin su consentimiento, y que por diferentes motivos, razones o circunstancias, lo trae a colación, en momentos en que se halla en una estampida de “flores”, que la someten a una atractiva “fiebre” de la que teme ser descubierta, lo que produciría el fin de la “visión”.


Hemos de cruzar el camino con ella.
No hay puente.
El abismo está servido y piden que los comensales pasen a la mesa.
Allá nos veremos.
Parece ser la Luz al final del túnel que embarga a la Lit. Col.


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