sábado, 21 de enero de 2017

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EL DESIERTO DE LOS PAYASOS

René Segura + Jim Pluk
Animal Extinto. Bogotá. Abril de 2015. 62 pp

Resulta que a René, que muchos lo conocimos desde el hardcore punk ahora uno lo empezaba a ver en ciertos eventos de meditación y profundidad espiritual
Su trilogía, hasta el momento, en torno al Señor Plátano, que bebe de esa fuente de místicismo que filósofos como Fernando González han también recorrido
La cantidad portentosa de autores desconocidos, recordados únicamente por quienes tuvimos la fortuna de tenerlos ahí, tan de cerquita
La obra de René, que se multiplique
Sobre Jim, me sabrán disculpar, no tengo mucho que decir... respeto ante todo... o ante todo respeto.... ni por el putas podría tratarse de pordebajiar la labor de dibujante, creador, incluso podría llamarse artista en el sentido pleno de la palabra... acompañante en libros, cada vez más, músico, etcétera, pero no es mi campo
Coincidencialmente, acababa de ller "Tartamudo", que era la  primera referencia a la editorial Animal Extinto
¿El lanzamiento fue en el antiguo Rat Trap?
¿Hubo concierto de René René?
Más que tildarme de especialista, me gustaría apodarme bicurioso, o policurioso
¡Pero el tiempo, ese infinito enemigo!

Lo que aparenta un cuento de niños, o una obra con destacados tintes moralistas o divertidos o enfáticos en culminar de la manera más feliz posible, pronto se vuelve un ejemplo de astucia de vida, en todo su esplendor, en cada parte diminuta del presente, entre el fuego y la arena, entre la acidez y la melancolía

Desde una oración hallada en algún recuerdo de su padre, Risita empieza a comenzar a entender que la vida, por más preámbulos que le accionen, siempre será la vida de cada quién:

Yesterday, the heart of a demon
This morning, the face of a bodhisattva
A demon and a bodhisattva
No distinction is existent

Ese momento de camino a la iluminación, al aceptarse, al no permitirse jugar el juego de las brumas o la mentira o la falsedad o de la confiable certeza por decreto, siempre
Y posteriormente, cuando el exilio, o la echadez, o el abandono o la renuncia o la misma soledad, saberse en la plenitud de ser quien se es, ni más ni menos, como podría traducirse desde el campesinado santandereano, serse l que le tocó mijo


 

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