REGISTRO DE LAS FLORES
Mario Bellatin
Alfaguara. México D.F. Marzo de 2014. pp 263 a 276
t.f. Obra reunida 2
Iré a propósito en directo
tiempo en el cual la realidad es el mayor enemigo
pero antes era el tiempo el enemigo y en el metaverso -wa o filtros para verse mejor toda esa contra inseguridad ya es- se le gana a la muerte de eso estoy resegurísimo y la realidad de ahora es casi contra la realidad de a de veras y eso es complejo como un choque de multimundos los unos leves u oscuros o malvados o asincrónicos casi como ver capítulos de Rick & Morty
Voy a señalar a color lo que verdaderamente me interesa que a la postre fue lo que me hizo detener en el libro y que tiene que ver con lo que llamo confrontación con el acto escritural
Lo que parezco buscar en un texto, como en cualquier manifestación artística a la que me enfrente, es la posibilidad de transitar por un lugar sometido a sus propios principios
Así como abrir un boquete a la realidad puede ser un acto de rebeldía contra la virtualización al leer poesía desde un libro en una Plaza pública ¿qué significa portar un libro hoy? ¿como un escudo? No imagino siquiera a alguien en una plazoleta de comidas por poner un ejemplo al azar leyendo un libro en lugar de estar revisando su celular ¿lo lograrán sacar del recinto como a Marge en la convención del dulce por morder un apio sin azúcar? ¿representará hoy en día leer un libro en espacio público la disolución de una perpetua obligatoriedad laboral de convencerse de que entre más horas al día se vivie mejor? ¿alguien quiere pensar en los putos hijes de la gente rica en Bogotá que los llevan a estudiar al matadero espiritual -pero así serán mejores hacedores de plata- de los colegios del norte? ¿sienten hoy en día lxs ñiñes?
me parece que ya el simple hecho de apreciar un libro es una manera de creación
Suena muy radical ¿no?
Pero hay ooootra línea la que más me gusta que es el proceso en sí tal vez mi favorito por encima de comer y correr y nadar y escuchar música y lo siento pero no me gusta nada que tenga que ver con contacto físico humano así que diré aún más que acariciar a perros ya rescatdos cuando agradecen y se comportan a salvo y es la escritura solamente ese ejercicio de producir una letra algo no necesariamente algo y que no llamo dibujo porque no me interesa en mí para mí
la escritura no es más que una sola
Ah si ven! infinito el espacio que separa una letra de la otra y ahí es cuando Mario habla de regresar de leer únicamente los libros sagrados como anclaje emocional el más necesario de todos casi como una lectura higiénica o purgativa que ayude a limpiar el pozo a donde van todos los libros que se leen en un período de tiempo
intento que las circunstancias se encarguen de mossstrarmes los campos, las enramadas, los paisajes cultivados eso mismo pero ante la escritura sin plegarias sin respuestas solo bosque todo da la impresión de ir apareciendo según las circunstancias y es cuando aparece la frase la única verdad posible sea quizá el azar ¿se puede precisar qué diablos se está haciendo más allá de la cábala de no contarlo para no dañarlo pero cómo contar algo inaprensible? el escritor sólo puede llegar a lo que su capacidad le permita. de allí su afán de hacer pasar como propuesta una imposibilidad ¿lo inefable? estar atento al rumor del texto, a las reglas que pueden derivarse de su esencia ¿eso es un autor perezoso? ¿un papá descuidado? lo dejo desarrollarse para que a partir de sus manifestaciones surjan sus verdaderas posibilidades es un camino que abre brecha mucho muy lejos de la consabidez de ordenar el caos que o no existe como tal o nadie lo doma como es cuando las operaciones de escritura presentan esta características deja muchas veces de importar el resultado de ahí que carezca de haber autor uno jamás estará a solas es un proceso recurrente olvidar todo el tiempo lo que uno ha escrito para eso se escribe para dejar en el olvido lo escrito lo sucedido
el silencio que pide el texto
la generación de otra escritura
escribir para seguir escribiendo
la escritura escrita no sirve para nada
la (mi) escritura que no comunica
ese devenir constante ahora lo entiendo como cuando pequeño y me botaba de altas alturas a piscinas de más de dos metros de profundidad ahora lo entiendo como el cuerpo que soy a los 48 bajando corriendo de El Sendero sobre todo en días de neblina mientras llueve terriblemente y deeebo mover los brazos y dedos para evitar que se me entumezcan eso es escribir para mí un gozo infinito mientras no estoy tocando suelo
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