sábado, 8 de junio de 2024

One saliva string

LA MALA HORA

Gabriel García Márquez

Random House. Bogotá. Noviembre de 2020. t.f. Camino a Macondo. Ficciones 1950 - 1966. pp 340 a 506

No leo mucho ésta novela. Me genera una emoción de ver una película que me gusta mucho o cuando intuyo que el juego del momento va a ser épico o significativo. 

Me cuestiono también el por qué casi nunca la nombran, amén del error del editor que se llevó toda la intención de Gabriel en ese momento lo que hace que todo se aplace. Eso me hace abrir un paréntesis porque si bien Gabriel acá es apenas alguien más, ya se le nota en los diálogos  que se empieza a asomar alguien del corte de un general, de un Juan Pablo Montoya que no se deja engatusar por las bobadas quedas de la prensa nacional. Y es significativo que ese man se haya negado a la publicación de su segunda novela cuando tantos grupos de rock se afanaron a firmar contrato sin leer bien y perdieron sus masters y tuvieron que grabar los álbumes muchas décadas después para ver si recuperaban alguito de todo ello. Y este man lo apuesta todo y gana. ¿Ah?

Me fascina el ambiente de quietud desesperada de incapacidad de escapar y de intuición de huir de atravesar hasta la nacionalidad para no estar justo ahí atestiguando la matazón; esa patética vergüenza que nos acompaña por ser colombianos como dice la canción ♫todo por no tener un puto peso en los bolsillos♫ 

Por supuesto hay un montón de cositas que se desarrollan después mucho más grande en Cien años pero acá es que le habla al país, a ese alcalde teniente que todo lo que hace es robar es ese poder consternado para mantener un nombre que lo proteja cuando las cosas se pongan feas. Es la tortura del pelao al que cogen con los papeles que dan cuenta de que la oposición sigue viva. Es la enfermedad de mantenerse vigilante a toda hora para no ir a cometer un accidente que delate todo. Son los hombres jugando a ser presidentes y las mujeres yaciendo en la cama a toda hora indicando la ferocidad de una sexualidad bandida

Cuando escucho que dicen que todo sigue siendo todo lo mismo después de sesenta años ¿en ese pueblo seguirán las calles sin pavimentar? ¿barrios de invasión? ¿la gente rica sin pagar impuestos? ¿los políticos bregando a ver lo que roban? ¿el suspenso de tener que entregar el poder y para eso siguen los mismo funcionarios? ¿No es mejor decir que así somos, que así nos quedamos? Preferimos un partido ganado por la Selección Colombia a aclararnos inmarcesiblemente  para mejorar a cuenta de un futuro a la postre hipotético y eso sí mentiroso bajo el anclaje de la gracia de dios por respeto a todo lo nuestro

Quizás porque no salimos de Esto ya no lo para nadie o En este país va a haber vainas

Entonces no es folclor es el germen que nos encauza como seres parcialmente ineptos para concebir un error propio

Me gustaba la intención de los pasquines, pero la novela es tan seria que mejor dejo el chistecito a un lado

No solo la verdad duele sino que humilla cuando se le descubre al público

Funeada antes de siquiera existir el término, dirán del hombre

Y quién se atreve a intuir que la verdad es el pueblo completo es la considerada casi prostituta María Magdalena que lee las cartas y entonces tiene que huir como el loco la persona negra el segundón no protagonista en la historia

Después de muerto ya qué

Hay dos cosas que me hacen creer por qué no gusta tanto esta novela; porque se muestra a un Gabriel iniciatico.Esos lapsus a la Joyce con un desayuno cárnico, la carta en los buzones o el esposo quince minutos antes de morir ya con el patatús en el sillón

Y hay un anunció de lo que será la póster novela estancada ya de Gabo, Y contó la historia de un pueblo que fue liquidado en siete días por los pasquines. Sus habitantes terminaron matándose entre sí. Los sobrevivientes desenterraron y se llevaron los huesos de sus muertos para estar seguros de no volver jamás

La novela se iba a llamar En agosto nos vemos y ya en 1962 Gabriel pone a una ciega a decir  En agosto empezarán los tres días de oscuridad

La otra mala manera de leer esta novela es porque recuerda la herida llaga supurante abierta mantenida para mendigar  que es lo que creemos ser y más bien dejar que sean los huevos del dinosaurio y ese jueguito bobo de la otra novela que hace alegrar a todo el mundo y pone contentos a los demás

Porque Cien años es ir de paseo al río mientras que La mala es quedarse limpiando en casa porque el dueño jefe papá violador es lo que obliga a hacer cuando la familia de a deverás toca atenderla bien y que estén pinches felices


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