sábado, 11 de enero de 2025

Magnetized Excremental Cannibalism

 EL PALACIO DE JUSTICIA. Una tragedia colombiana

Ana Carrigan

Icono. Bogotá. Octubre de 2009. 362 pp

Es una deuda que tengo de lectura desde hace diez o doce o quince años. En 2025 son ya cuarenta años del suceso. La idea es ir leyendo los libros que pueda conseguir desde la Luis Ángel. No tengo idea de qué salirá de todo eso. Lo primero es leer. Conocer. Recordar. Armar ese difícil rompecabezas que dejaron casi como tarea para fomentar esa larga agonía mantenida de forma perpetua y constante la cual es ser de Colombia. La idea tampoco es contar el suceso. O por lo menos no ahora. No aquí. Lo que Ana hace en este libro es ir contando todo lo que pasó casi paso a paso. Entrevistas y encuentros y bajo esa insistencia y un poco de suerte un montón de detalles que van llegando a sus manos. La cercanía con el grupo que investigó desde los cuerpos de la morgue qué fue lo que pudo ir pasando. La entrevista con un testigo sobreviviente al que llama Gabriel y que le concedió una vez en una larga jornada de rememoración. Y algo que pasa es que toma una posición frente a lo que hizo el ejército y todas esas voces que se empezaron a ir colando que no de otra manera se podría tildar de la verdad saliendo a flote: ni con el escaso armamento por parte del M-19 se puede sentir el apoyo de Escobar. Ni los procesos contra el narcotráfico reposaban en el Palacio. Y sí toda esa difícil relación de Betancur por adelantar un proceso de paz con un grupo guerrillero que le había asestado un golpe exageradamente humillante a un ejército que se apelmaza en esas pendejadas del honor militar y que prácticamente hacía sido violado cuando les robaron las armas en un cantón militar unos años atrás. Lo que sí yacía en Palacio era un resto de procesos contra esa cúpula militar que venía desde Turbay y que estaban investigando y quizás hubiese llegado a alguna condena por los atentados a los Derechos Humanos durante esos estatutos de seguridad que ese vil presidente les permitía a los milicos. No se puede gobernar si la anuencia del ejército decía el señor aquel. Y me lleva a pensar en lo que tuvieron que sentir esos viles malparidos oficiales cuando un lustro después se firma el acuerdo con el M-19 y si es que siguen vivos los hideputas en lo que debe sentir ahora cualquiera de eyos al ser objeto de sumisión ante Gustavo Adolfo, a quien no nombran para nada en este libro. ¿Cómo es posible que tanto esos generales y coroneles como esos políticos hayan seguido sus carreras? ¿Es el Palacio la razón por la que Plazas no coronó general? Y la debilidad total y absoluta de Belisario, par favar. Entonces de ahí el único que sirve es Parejo, el único capaz de medio pararse ante los putos que usurparon el poder en esas 27 horas. ¿Por qué no cruzaron la Plaza y llegaron a dar la cara? Para mí el Palacio de Justicia es una tragedia que relata muy bien lo que es Colombia. Mañana a estas horas el futuro de Colombia habrá cambiado irrevocablemente. ¿No había un décimo hombre en las filas del M-19? ¿Qué diablos tendrían que estar pensando para planear semejante estupidez de plan? ¿Nadie fue capaz de decir oiga eso suena un tanto arriesgado? Entonces la versión oficial que ha de ser protegida. Me gusta mucho eso de cómo se va colando la verdad histórica. Es como lo que pasa con el fvckribe ese y todo el centro democrático ahora. De razón Zapateiro renunció porque la enfermedad del ejército de ver a todo que no sea como ellos son de izquierda. La orden fue matarlos a todes. Necesito voces de soldados. Uy y las escenas de la morgue. Los cuerpos irreconocibles. Los cuerpos de magistrados con tiros de gracia. Los engaños a las familias. No. Es que todo fue tan. Esa prohibición de dar noticias al respecto. Un partido de fútbol. ¿Por qué Belisario no devolvió la llamada a Reyes? Cada que me acerco al libro es el dolor en la espalda el cuello la tensión que parece que todavía humea. Gobierno demasiado débil. Pusilánime. Esa palabra. A menos que el presidente tome acción inmediata para detener la lucha va a haber una masacre en Palacio. El país ya nunca volvería a ser el mismo. ¿Dónde está el Presidente? . El presidente y su ministro de gobierno rehusaron ver la situación real. Un desconocido número de vidas inocentes iban a ser sacrificadas en esta guerra innecesaria y criminal para que las autoridades colombianas pudieran seguir quedando bien. Drama que dejaba al país atónito. La solidaridad para mantenerse a flote como gobierno y nunca para pensar en todo el error de la marica toma. La Historia juzgará estos acontecimientos con absoluta severidad. Vamos a ver con qué salen ahora en 2025. Fueron dejados para enfrentar la muerte en una soledad absoluta. Quizás esa sea la primera manera de nombrar este dolor esta tensión: Soledad

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