KURT COBAIN
Diarios
Reservoir Books. Barcelona. 2003. 318 pp
BARNABY LEGG + JIM McCARTHY + FLAMEBOY
Kurt Cobain el angel erratic
Malsinet. Barcelona. 2005. 95 pp.
Siempre el eterno retorno, y siempre la distancia insalvable, y siempre la imposibilidad de entender por completo a alguien; a una persona, por ejemplo.
La figura emblemática de (Saint) Cobain reúne todas las características de una época de crisis oculta, en la que el delirio por mostrarse, por gastar, por alcanzar el fácil reconocimiento hizo del arte una suerte de sitio paralelo al narcouniverso que tanto conocemos acá en Colombia.
La sinceridad del cantautor hizo mella en dicho sistema –partiendo del digestivo- y colapsó.
No es más.
El dolor, su rutina, la composición, “el poeta”, lo confuso o contradictorio, la herencia, Kris y Dave, el unplugged, Abdahllah, el legado, la leyenda, el humo que exudan sus cenizas…todo es parte de la añadidura, de esa incomprensión, de ese destino que como humanos –por más nihilistas que se pretendan ser- necesita de un Mito para completar la ecuación y respirar más calmadamente, antes de emprender la siguiente escena, práctica o ritual.
Cruzar esos patios traseros de sus diarios es hermoso bajo la protección de esa vitrina que los hace menos densos.
Pero se siente el olor del plomo.
Un aroma fantasmal que llega a marear y hasta puede producir arcadas.
Pero es una imagen precisa del ese agobiante y veloz desorden de esa década.
“¿Los noventa? Nunca había oído hablar de esa década”, dice Bart Simpson.
Sobrevivir era la consigna, y si se alcanzaba la siguiente orilla, automáticamente se perdía todo el respeto.
Duros tiempos aquellos.
¿Y ahora, desde hoy, cómo se ve?
El Mundo –incluyendo el musical- siguió adelante sin él.
Mucha gente lo extraña, a otras personas los tiene sin cuidado, y si ponen a votar por la figura que nos representará más adelante, ya saben, mi voto va por ese verdadero ángel de la oscuridad de luz llamado Layne Thomas Staley, a quien afortunadamente ya van olvidando las grandes masas.
On a plain?
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