jueves, 16 de junio de 2011

"I Remember It As From A Dream In The Corner Of This Time"

TRUE NORWEGIAN BLACK METAL
-We turn in the night consumed by fire-

Peter Beste
Vice Books. Brooklyn, NY. 2009. (Tercera edición)

¿En qué momento sucedió todo ello?

Apenas uno se va entendiendo con la vida, conociendo, descubriendo, informándose antes de internet a manera de chisme, como una forma sustancial y proteínica del voz a voz que uno tenía que acoger como verdadera aunque no hubiera posibilidades de confirmación, y a partir de ella, crearse la imagen en la cabeza y sostenerla hasta que se disolviera por falta de ganas, o emociones más intensas o seducciones más enraizadas.

Marguerite Yourcenar decía que era imposible, debido a la cercanía temporal, juzgar a nuestros contemporáneos, sobre todo cuando uno -con o sin razón de culpas- forma parte de la misma ola, y defendiéndose de los embates de la vida, tiene que manejar, respetar las señales de tránsito, permitir el ascenso y descenso de los pasajeros en según qué paradas, y otro poco de cosas que todos ustedes conocen a la perfección.

Aunque la Historia del Black Metal se remonta a la pre era de los vikingos, estar vivo cuando la banda Venom, en 1982, vía Neat, encendía la llama maldita, y al unísono las delicadezas de Hellhammer, Sodom, Celtic Frost, Poison -los alemanes- y hasta Slayer ofrecían sus primeras bárbaras grabaciones, y alentados por un aullido de época que tarde o temprano volvería a explotar, se eligieron los protagonistas, se provocaron los rituales, se ofrecieron los sacrificios y el resto es lo que todos conocemos.

Peter Beste nace en Houston, TX en 1978, permitiéndole esa necesaria distancia para llegar, en 2002, a iniciar su labor como cronista o documentador de una historia que merecía ser contada.

Desde entonces, completando la astronómica suma de siete meses -y contando-, su estancia nórdica se ofrece en formato libro por primera vez en 2008, asumiendo edición tras edición ante el pedido de metaleros y afines alrededor del orbe.

Como si todo aquello que el Agujero Negro se traga lo convirtiera ipso facto en motivo de culto.

Y por supuesto, la obra del fotógrafo funciona acorde al mecanismo de misterio que rodea al Black: esa condición orgánica de unos acercamientos que permiten sentir el aura de cada calma oscura, develando el mito de dureza extrema eterna o constante.

De ahí que desde los backstages, preparaciones pintadas, performances a punto de ocasionarse, toques en vivo, el público, las cabezas de los chivos, el fuego, los cuerpos colgados y vueltos al revés, y más allá, y quizás lo más asombroso de todo, la vida de cada una de las personas fotografiadas, forma una suerte de danza para recorrer, un microuniverso que huele a ese gigantesco libro que asusta al proponer la provocación desde la primera vista y atravesar ese umbral del fuego que bautiza en concordancia.

Lo del más allá, son las esencias de cada una de las personas que cruzan el libro como bellos fantasmas de carne y hueso. Que explican. Que viven. Que desean. Y que sienten.

We live on a placid island of ignorance in the midst of black seas of infinity" dice Lovecraft citado por Beste.

La introducción corre por cuenta de Jon Metalion, editor de la muy importante y trascendental Slayer magazine que, escogido por el mismo género, sigue atendiendo el llamado de la puesta en escena -el primer número salió en 1985-: "To us, the music should be about death, evil and darkness. No political shit", y las "obsesiones y devociones" que exigía el Black en sus inicios.

Tara G. Warrior, por su parte, es la encargada de hacer el mapa cronológico, a partir de 995 AD con la llegada de la cristianización a Escandinavia, y las primeros acercamientos ocúlticos a conciencia: Crowley y LaVey, las primera muestras musicales: Coven, formados en 1968 en Chicago, un par de años antes de que Black Sabbath se dieran a la lucha oscura, los nacimientos de los futuros músicos, y por supuesto el devenir discográfico tan feroz e independiente en sus comienzos que da hasta vergüenza oír algunas cosas de la actualidad.

Y exclamaciones del tipo: "It was that kind of kick in the back that made me start examining life instead of just scraping the surface. That is what Satanism is to me. It is that kick in the back that pushes me into realizing a bigger potential", de Frost, de Satyricon.

O: "It is every man for himfels (..) it is individualism above all", de Fenriz, de la superbanda Darkthrone.

Y:

"I think that Christianity has made people afraid of solitude; afraid of the idea of being alone", de Gaahl, vocalista de Gorgoroth.

Y después, al final, despertando al acusmático Metalion, una parte minúsucla de su archivo referido al caso Dead, al caso Count Grishnackh, al caso Varg Vikernes, al caso Euronymous, al caso de las iglesias, y al caso de los otros pocos homicidios que se sucedieron y le dieron la vuelta al mundo en poco más de un año y, sin red, hicieron la delicia de multiplicidades de versiones mal traducidas del noruego.

Para poner un orden a todo esto: Vikernes salió libre de prisión por los días en que el libro salía a la venta, y retomando su poder composicional con trabajos tan emblemáticos como el "Belus" (Byelobog, 2010) y el fundamental "Fallen" (Byelobog, 2010) le dieron un nuevo respiro al cada vez más ahogado género dentro de los cánones comerciales con una música más otoñal, paisajísitca, íntima, y sin manifestaciones de velocidades que a veces provocan solamente zancadillas.
Mención aparte y aunque en el libro jamás lo nombran, resulta la respuesta de los 00 con el drone, muestra musical que arranca con el típico e inconfundible riff de guitarra de Iommi.

Al repasar nuevamente las canciones, los momentos y los actos, no dejo de preguntarme cómo diablos hacía para enterarme de todo eso a los 15 años en una ciudad pequeña de la provincia colombiana y aunque mantengo mi respetuosa distancia para con ese temblor de ruina musical, ese mismo misterio hace que me indague desde diferentes perspectivas -tanto creativas como sónicas como estéticas- y sin respuesta, por supuesto, repita track tras track de ese ardiente dolor que no calla y que seguramente seguirá vivo después de que todo no sea más que un vasto desierto oscuro y oculto cubierto por la perpetuidad de cada grano de oscuridad suspendido en la arena negra de los tiempos.

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