viernes, 10 de junio de 2011

Buscándole salida al refugio (De la serie: Palpitaciones)

LA GENERACIÓN DE LOS 70

Nuevos narradores colombianos en el Gimnasio Moderno

Podría parecer una broma, pero no lo es.
Repito por si alguien se ha quedado con la duda: NO ES UNA BROMA.

Ante el aparente cese de desguazamiento, a la voz no le queda otra más que seguir devorando fantasmas.
Contar el pasado con los dedos de la mano y hacerse el sano. Obedecer y pasar por las frágiles franjas editoriales. No desconocer la importancia de quienes detentan el poder. Atender el primer llamado. Hacer fila veipé. Doblegar las ganas. Escribir contra el gobernante de turno. Viajar y estudiar mucho, muchísimo. Y sentir que a los 28 años el mundo le pertenece a cada teclado de computador que pace luz junto a una ventana. Allá afuera se cuecen las aventuras. Acá adentro el fuego de la gastritis es la bocatoma del infierno.

¡Salud!

¡Que este infierno sea vuestro!

*

Si bien la patética introducción corre por cuenta de Federico Díaz-Granados, mejor como rebuscador y juez de salida de poetas que cualquier otra cosa, me lleva a repasar la introducción explicativa -circa 2002- de una Luz Mary Giraldo en "Cuentos caníbales" que, a casi una década, ofende por la comba que tomó el palo y que dejó a la guardameta en una posición humillante e imposible en ese dichoso ángulo en que la pelota del a Historia se metió. Si bien la incertidumbre, el escepticismo, lo provisorio, la inestabilidad, la truculencia, los cambios vertignosos, las rupturas de límites, el desencantamiento, lo anonadado y lo abúlico fungen de requisitos para pertenecer a, la misma complejidad confusa del azar da la vuelta, respira en la nuca, muerde el cuello, bebe la sangre y desaparece dejando el rastro de la inquietud en autores y obras que marcan el tempo de nuestra atávica violencia genética y sin razón que sigue y sigue y sigue, lo que indica que la práctica de los viajes y vuelos internacionales a tanto congreso y charla y presentación, hace al maestro de la atención de horarios, vuelos, conexiones y demás paral legar a tiempo.
Interesa porque merecemos la búsqueda.
Y también, claro está, la brevísima introducción a Calibre 39 de parte del someramente respetado Roberto Rubiano: "Mundo nuevo que está en formación", lo que responde a la espina clavada por Joyce en la pirámide ecuatorial del primer semestre del siglo XX de que el porvenir será un eterno y loopeado Work In Progress del que nadie separá salir con vida de ello, él, ella o eso.
El plus, a manera de bonus, fue la carismática y no menos bárbara introducción del siempre atendible Juan Pablo Plata en su tierno "Señales de ruta" y esas marcadas infracciones al género del cuento puestas hace muchas décadas por "los maestros del género".

¿Agregamos algo más?

Coro heterogéneo, voces tan personales, diversidad, blablabla, y algo que marca nuestro juez: Ni marginales, ni vanguardistas", con excepciones a lo sumo, pero darle la voz de la lentitud lectora al público, no confundirlos demasiado, directo a la historia, hacemos las paces con los guías turísticos de turno, y allá nos vemos.

¡Es que es de leer y no creer!

*

Como nos ha tocado estar al tanto de ciertos movimientos, tanto válidos, aconsejables como inútiles y vanos, quedamos boquiabiertos en la sombra con la propuesta lúdica de Melba Escobar, a quien nuestra lista personal de sala de espera de lectura ha dejado en un incómodo segundo o tercer lugar y que grita desde ese feroz y distante espacio para que la atendamos como se merece.

Tan sobrada de lote que ya es un lugar común, de esos que tanto nos gusta revisar y repasar, y como si del freak folk que necesitamos tras sumergirnos en las barbaridades del harsch, del necrogospel y del hipercrust, Carolina Sanín; y más allacito, siempre invitado de honor y veloz aclarador de dudas vía internet: Juan Esteban Constaín. Y dejando la sazón en el pecho, la duda en la inquietud, y la gana encendida: Fernando Gómez y Juan Carlos Garay, ¿demasiado rápido para poenrlos en un lugar en la historia que diga que son mejores narradores que críticos?, ¿ay, dios!, ésta labor solitaria que no me ofrece descanso ni voz ni compañía...

Y el resto, del que poco o nada nosi nteresa ya, pero como cantan Las Almas: Habrá que ocnfiar en eso aunque a veces el desengaño es tal que hasta ganas dan de regalar los libros firmados por ellas mismas.

(¿En serio Ricardo "El Miserable" Silva se está convirtiendo en el Chabelo de la "más reciente narrativa colombiana"? Callemos y dejemos el lugar al eco.....)

*

Pero como estamos en formación geológica apenas, dejo el siguiente cuestionario para que lo respondan cuándo y cómo se les de la regalada gana:

1) Aunque detestan ser identificados bajo la premisa Generacional, ¿alguna de dichas personas se resistirá al coqueteo del brindis editorial?

1.1) ¿Surgirán desde blogs?

1.2) ¿Desestimarán el reto del Editor?

1.3) ¿Desoirán consejos de los que saben?

1.4) ¿Aprenderán a sentarse sobre el rechazo y la voz de la incordialidad cuando pasen de los 40 años?

1.5) Ante ese descarado desespero por el respeto, ¿Qué pecho podrán ponerle a la duda y a la soledad?

1.6) ¿La escritura como solitaria carrera de fondo (editorial)?

1.7) Frente a tanta prensa, que hasta agradecemos para enterarnos del (h)echo, ¿como lectores hemos dejado la hipocresía?

1.8) Ante tanto aparente respeto y confiando en que cada época tiene su voz, ¿corren camino al canón hipotético e invisible del paisaje colombiano?

1.9) ¿De ensayo en ensayo se llegará al error?

1.10) ¿El apabullante titulaje teórico que busca explicar el desorden que llega desde ese naufragio -cero sobrevivientes- es indicativo de?

1.11) ¿Más que generación de la biblioteca (sic) será la generación con voz pero sin voto?

1.11.1) ¿Generación de la carrera (editorial)?

1.11.2) ¿Generación de mojar prensa porque sí?

1.11.3) ¿Generación de las luces y del photoshop?

1.11.4) ¿Generación del revival decimonónico?

2) ¿Conoce o han conocido conocieron a algún escritor y o escritora que hoy en día, en pleno 2011, todavía vaya a bailar salsa?

*

Mientras esperamos, seguimos indagando en cada una de las bibliotecas a las que entramos disfrazados como cepas y más allá, o más acá, sólo resta edificar cada una de las voces que nosotros mismos tenemos, renunciando, de antemano, y gracias hombre Federico por el ofrecimiento, a estos juegos de seducción que finalmente terminan impresos y confundidos en una caja rota...Mi danza negra me salvará de la luna roja.

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