martes, 3 de abril de 2012

New noise?

LOS SINSABORES DEL VERDADERO POLICÍA

Roberto Bolaño
Anagrama. Barcelona. Enero de 2011. 323 pp

Lo usual es decir que tras el aparente aparataje de sorpresa y mediana decepción y a modo de medianía geográfica para trepar por la vara del premio mayor de "El tercer Reich", las antenas de vinil estuviesen apretadas frente a un nuevo -¿sexto? ¿décimo?- póstumo del chileno, catalogándolo de novela de marras y de en su mejor mayor estado y todas esas boludeces que la gente que tiene mucho que perder se atreve a ponerse a poner en las contratapas y demás espacios publicitarios del -jeje- libro independiente -¡y a mucho honor!-, cuando lo cierto es que tras este rimbombante título se esconde, si bien un anhelado por y para completistas enfermos y fanáticos serie Z, una obra que permite hilar o desenhebrar esos bloques del tetris que llegaría a ser -y que fueron- tanto los Detectives como la imperiosa 2666, excepto que menos traumatizada y sí con un dejo de humor negro negro negro hiperlacónico que, sobre todo en "La caída del muro de Berlín" permite exhibir toda esa triste capacidad de burla por desde el comunismo a un esbozo apretujado de rebeldía necroadolescente que tanto daño hace a los latinoamericanos y que, desde esas orillas torturadas con el cuerpo del jovencísimo Roberto a la cabeza, permiten catarcizar esa penumbra de agonía y circunspección., porque, claro, ¿qué sería de nosotros, viles sombras, sin el humor otoñal de un país que lo dio todo fuera de sus fronteras?

Después....escarbar como perro en celo para topar arqueologías y verdaderos sinsabores, y oír y repasar esos lados D, K y T que logran convencer tan a la ligera a cualquiera que sea digno de llamarse fanático y tomar apuntes y recordar en la memoria y lo siento mucho pero dejar a un lado el esbozo démico de Arcimboldi y luego cercenar la parte macabra de esta parte de "Los asesinos de Sonora" para seguir dubitativamente por el rumbo concertado previamente y de antemano y sin saberlo descifrar con claridad pero que me obliga dejar al libro físico a un lado y buscar el 2666 físico que reposa en mi estante de Bolaño y si bien no leerlo todo al pie de la letra sí destacar esos subrayados son míos para sentir ese escozor siniestro tan à Lalo Cura que mejor cierro con cierta pereza este tomo que queda para no permitir la entrada de polvo al reproductor de cd's y, jeje, sí cuidar con afecto la oportunidad de una tercera lectura de los Detectives y sentir hasta el ojo puro y desvirgado de mi culo ese sonoro viento del desierto de México para luego optar por dejarme embrollar por ese verdadero licantrópico Archimboldi hasta que decide irse(n) a México(n) y.....y ....... y..... y .. ... dejar en paz la memoria de ese santo enmascarado y enfermo que tanto bien le hizo a la literatura del siglo XXI con todo eso puesto sobre la mesa de disección, por supuesto....

No hay comentarios: