viernes, 19 de septiembre de 2014

Dead air

SCORPIO CITY

Mario Mendoza
Planeta. Bogotá. Mayo de 2014. 160 pp

Escrita en 1995 y publicada en 1998, hay sustancias que jamás van a cambiar. Hago una anotación al margen, siendo el incompetente Gustavo Petro, alcalde de la ciudad:

"Ser bogotano es pertenecer a las cloacas del infierno. Por eso aquí ciudadano es sinónimo de roedor"

¿Habría habido denuncia?

Justo anoche, tarde, después de terminar de hacer oficio para no madrugar a lavar platos, veía un informe en CityTV sobre El Centro: "Sobrevivir en el centro de la ciudad no es cosa fácil en este momento. Se necesita astucia, sagacidad, y a veces no es suficiente", como si el autor le hubiese robado las palabras a esa vendedor ambulante de la Jiménez. "En Bogotá no había una realidad maniquea con dos polos encontrados, sino una cultura del rebusque y la supervivencia" Y aún así, opto por un segundo mandato de Petro que siquiera uno del malvanagloriado Epicentro Democrático.

"En Bogotá el que no sabía ausentarse de sí, el que no tenía estrategia de fuga se hundía en su propia conmiseración"

Me gusta esa suspensión que busca la realidad en el sueño. Que introduce las plegarias que se toman desde esa imagen desantificada a lo que a veces hay que apelar para simular la guía desde el mismo infierno.
Aquí ya repite diario. ¿Te acuerdas del "Diario de un letrado perverso"? Aquí es en "Viajes de un elegido"

"Abril 3: Anoche vagabundeé por el centro de la ciudad. Cada esquina y cada rincón se fueron convirtiendo en gratos compañeros de mi travesía a lo largo de avenidas y parques moribundos. Sentí cómo la ciudad se transformaba en un pozo que devoraba mi alma"

Había pensado releer desde lo profético. Pero al releer me encuentro con lo actual. "Bogotá, como una nueva Jerusalén que espera su destrucción". "Señor, qué será de mí navegando hacia lo desconocido en un barco habitado por ángeles y espejos..." Hoy que me volveré a encontrar con ella en ese espectro del misterio digno que es la apertura a un concierto. ¿Se aclarará el horizonte? "Un nuevo destino" : "Sus voces cuelgan en el aire, se distorsionan, producen ritmos entrecortados, enuncian una realidad caótica rodeada de crímenes y vejaciones, marginalidad y desadaptación a un sistema corrupto y repugnante" 

Me gusta la invitación al programa de radio "La hora del misterio"; me gusta la intimidad de las cartas que le dedica a Raquel. Me gusta cuando comparten noticias de prensa.

¿La intuición de estar hecho para vivir solo? ¿Para que no le vena la pena al vivir en esa "ciudad que se complace en llevarnos por el camino del desperdicio, la penuria y la desdicha"

Primer manicomio, ¿cierto?

Y después, como una cascada con la prisa sostenida, ese final tan verosímil de la deglución por parte de la misma ciudad que, cada vez que lo repaso, reitero mi entusiasmo por una historia que inyecta ese dejo de emoción que no hallo, ni siquiera en la juventud podrida bendecida por la podrida crítica literaria del mostrar.

El siguiente Diario, el de Simón Tebcheranny, bien podría ser una suerte de indicación escritural para un aprendiz en ciernes de querer introyectarse para expulsar el invento:

*En el centro, en la oficialidad, nada sucede
*Un escritor que no espera nada, desarraigado, que trabaja sin objetivos más allá de su trabajo mismo
*Deambular en pos de nuevos desórdenes, delirantes, inquietantes, alucinados, inminentes
*Aceptar el largo destino que es un viaje hacia lo inevitable
*Prepararse para el desconcierto del encierro abandonado en la tal soledad.

Al finalizar la lectura, usualmente, he de beber ron. A veces pisco. En la mayoría de las ocasiones, cerveza.

Es la obra de Mendoza que más daño me hace y que me gusta la huella que pisa sobre mí.


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