lunes, 26 de enero de 2015

THE TONGUE'S WHISPERS ECHO IN THE ABYSS

SATANÁS

Mario Mendoza
Booket. Bogotá. 2005. 295 pp

¿Habrá pasado tanto tiempo del premio que ya no figura el resumen de la clausula de otorgamiento?
Recuerdo que hubo cierta polémica, para variar. Recuerdo que estaba Cabrera Infante dentro del jurado. Y ya que hablo de premios, recuerdo cuando Moreno-Durán no ganó el premio nacional de novela con "Mambrú" y definió a "Opio en las nubes", a la postre la triunfadora, como "esa güevonada".

Da risa ver los vuelcos que se permite la vida sin que por ella se le tenga que definir como contradictoria. Simplemente como contradictoria.

¿"Un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento"? o ¿"Cada día avanzamos un paso más hacia el infierno, sin horror, a través de tinieblas infames"?

¿El horror? ¿El desamparo? ¿La confusión? ¿La tal soledad?

"Quiero matarlas, padre. Las veo todo el tiempo manchadas de sangre,a cuchilladas por mi mano. (..) liberarlas de este horror (..) todo lo que se me ocurre es por amor"

"no pensaba esconderse sino adentrarse aún más en los caóticos torrentes de la contemporaneidad"

"Sospecho que la humanidad se desmorona, que está siendo vencida y derrotada por fuerzas descomunales."

La insistencia del travestismo desde el autor, por parte de Mendoza, lleva a confesar que ha asesinado con toda la saña en "Relato de un asesino" desde el delirio de El Loco Tafur y su mezcla de celos versus la compañía y engranaje diferente que le propone una vida en convivencia. El Andrés de "Satanás" percibe lo mismo frente a su relación con Angélica, desistiendo de ella por causas que bien pueden llamarse 'mayores'. Ese Andrés que sube a Monserrate; ese Andrés que atestigua la toma del palacio; ese Andrés que no se deja intimar más allá de un lejano suspenso... ¿es el autor travesti?

Mucho se habló de los motivos que llevaron a Mendoza a escribir una obra con Campo Elías como protagonista. El exorcismo de la niña de La Candelaria que termina asesinando a su mamá y a esa mujer humilde que las acompaña es esa desaparición del fantasma de un asesino verdadero que impulsó al imberbe escritor de pregrado a asumir el reto de salir de la cláusula bogotana para probar suerte allende?

Y es toda la historia, el tejido real de los tres personajes con sus ires y venires, sus dudas y aciertos, sus superaciones y crisis, una excusa para responderse esa inquietud de a qué fue a buscarlo Campo Elías a la universidad justo esa tarde de la masacre?

Si sucedió con Bolaño: abrir novelillas desde personajes o situaciones intercapitulares; si ggm tras las décadas organizó la confesión más pura posible de de dónde venía su huracanada inspiración para a) 100 años de soledad; b) crónica de una muerte anunciada, y c) el amor en los tiempos del cólera a partir de esa re visión de autor que es "Vivir para contarla". Si Chuck Palahniuk va en la segunda parte del Fight Club, y el mago Irvine Welsh nunca pudo superar a los personajes de Trainspotting, ¿en qué libro se volverá a comentar algo al respecto de la relación del escritor con el asesino?

¿Y desde ese puntito en la obra completa de Mario, se escapa la urgencia de cubrir con más y más historias algo que sigue insistiendo en estar ahí? ¿En yacer ahí?

"A lo lejos, cruzando el aire transparente y limpio de la mañana, escucha gruñidos y ladridos, como si una jauría de perros rabiosos estuviera recorriendo la espesura de algún bosque cercano (..) y ninguno de los tres escucha unos ladridos que atraviesan el aire de la tarde, como si alguien acabara de liberar una jauría de perros enjaulados y los animales estuvieran corriendo por las calles y  amenazando con sus dientes a los transeúntes asustados"

Finalmente no es más que ese ruido tropelero que ahora, bajo ciertas circunstancias neocontemporáneas, en vísperas del siguiente oscuro amanecer, componemos como el único destino final que se propone la vida misma al encargarnos el valor tan bajo de permanecer fieles a la causa humana.

Y desde siempre, el mayor interés que me deja entre recovecos esta criatura de novela es el destino de la niña poseída que finaliza mendigando en la soledad de las calles bogotanas, porque indicaría que más allá de la maldad, es donde empiezan los mendigos, seguramente, la escala más baja de la autoridad socioeconómica actual, y por ello, la sensación minúscula de maldad que va creciendo a medida que las condiciones de vida van mejorando, mucho más.


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