THE SPACE BETWEEN YOUR TEETH
Keeper
Crown and Throne, Ltd.
http://crownandthroneltd.bandcamp.com/album/the-space-between-your-teeth
"La afinidad recíproca nos forma" dice Jabès
¿Por qué pretendo desubicar un límite o frontera cuando estoy encerrado en aquel Fvneral Doom que tanto me gusta?
¿Será eso mantener viva una identidad que lo va formando a uno a través de la medida de ir escuchando y conociendo músicas?
Ahora citaré a Wright, que se le oye algo así como: "Hay algo más allí afuera/carajo // Y yo lo quiero escuchar"
Keeper son de California. Tienen apenas tres trabajos hasta el momento. Su primer demo, de 2014 fue necesariamente uno de los álbumes del año. Su consecuencia en cuanto al despertar lo novedoso hizo mella en ese lapso mundial de tiempo que nos sostuvo entre eso haciendo oírlo para jamás poder acariciarlo, menos vayamos a confesarlo de una vez, entenderlo.
Nos gustó, y capturados, ya la historia era solo caminarla.
Puedo decir "las concesiones multidireccionales", por ejemplo. ¿Doom? ¿Death? ¿Vigilia? ¿Postcontemporáneo? ¿Qué clase de Black sumergido se alcanza a ver por allá congelado?
El desequilibrio que se presenta cuando alguien nos gusta. Recordar esa capa sampleada de orquesta tenebrosa en el "Become" de Sutekh Hexen, y de una manera animal e inmediata, recurrir al "Black angels" del Kronos Quartet para sentirse a gusto entre la confusión, nueva además.
¡Explorar la atmósfera! se oiría. ¡Solicitar al prestigio de la incertidumbre su guía para destacar que toda esa oscuridad enardecida cuya tibieza se siente tan pero tan fría no es más que un resultado perpetuo cuyo presente marca en esas ondas la sombra afortunada del cadáver futuro que no se marcha sin contar a plenitud la historia!
¿Se refiere a la forma como se llega? ¿A la manera en que se decide quedarse?
Soy un principiante. Soy un emergente.
Seguramente Keeper entra a ser una de las bandas que le da sentido a mi propia década. Se suma, pues, a Horseback, Chulo, The Body, Full Of Hell, Encoffination, Hell, Mizmor...
Lo repito: no buscaba un límite, pero me hallo ahora dentro del entre de una frontera.
Y si escucho. Lo que oigo. Desde este estrecho laberinto de descolgamiento y filudas esquinas que ahogan cada pretensión por gritar, ¿por dónde empiezo?
¿Por qué tengo que hacerme el que empieza?
Tengo las leyes de Locher a un lado de este escritorio. Entro dentro del conocimiento, aunque desde el lenguaje vulgar no logremos enterarnos del entendimiento.
La mentira fresca de la fe improbable.
El orgullo de la repetición que regresa siempre vacía como si fuese siempre una primera vez.
¿"sonando vestigios"?
Como una inmunda muralla que suena estática cruzando cada cuerpo que se posa frente al desplazamiento que riega cada uno de los sonidos que queda vibrando hasta que el recuerdo se haya ido.
La opción de escucha el movimiento constante.
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