sábado, 13 de junio de 2015

Ix Tab

BONNIE 'PRINCE' BILLY por WILL OLDHAM

Editado por Alan Licht
Contra. Barcelona. Noviembre de 2012. 334 pp

Me encanta seguir la pista de esos largos compositores que no se detienen por alguna razón que no se debe saber atener muy bien, porque la vara no solamente está puesta a una altura considerable sino que al cada vez darle uno por revisarla la longitud aumenta.
Y eso es lo creativo, también.
Pero es más como la historia, si queremos hablar y atenernos a ello.
Y hablando de historia, ahora que las selfies o autobiografías han quedado relegadas a un ladito, la condición especial del acompañamiento o de la ayuda se ve en tantísimos títulos que no de otra manera se habrían podido transcribir así como para que seamos nosotros los lectores quienes los leamos.
Es curiosidad, quizás. O moda. O realmente es parte de un género que es la entrevista, que tampoco es que haya nacido ayer aunque tampoco es que sea tan vieja como la poesía.
Seguramente había fotos frente a espejos con cámaras que no venían incrustadas en celulares. Seguramente algún día volveremos a leer una biografía correspondiente al género en sí, quizás cuando haya alguien que entonces ya haya vivido y no que esté ne medio del fragor todavía de llevar a cabo las cuentas de casa y así seguir contentándonos con cada una de las nuevas maneras de publicar allá cosas, las cosas.
Ni siquiera yo mismo logro explicar la manera en que respeto a Oldham. No soy tampoco su fanático de marras, pero desde aquellas primeras noticias a inicios de la segunda mitad de la última década del XX en la rdl, las cosas empezaron a reasignarse y a armar un mapa sin un propósito especial para alcanzar a llegar hasta él, y cuando el folk me hizo tanto daño, por aquellos años de la mitad de la década nada, pues ni modo de desventrarme para recibir el embrujo de tal personaje. Y ahora, con la cuenta tan larga, y ya con la madurez asumida para no pretender algo excepto el sí mismo, la bandeja se divide en tal cantidad de bocados que, amén del diafragma que va de Palace a Will, la ringlera bombástica de efigies del movimiento alternativo que desde los 80's habita la subyugular del de Louisville, pues daría para un año completo de gracia y pergaminos y aprendizajes y diversión sin límite, siempre y cuando no haya algo más para oír y ninguna crisis "por lo pesado" se atraviese para disolver el misterio de querer habitar un mundo que no el mío más que sea por un período subrural de tres o cuatro meses.
P. ej. "Squirrel Bait fue un grupo punk post-hardcore en activo de 1983 a 1988"
Y de ahí la cascada creativa de fundamentos que pueden inspirar a alguien X a empezar a hacer cuadros de unión para armarse un joint en su cabeza y dar la manera de conjugar las seis relaciones de en el medio que según quien nos une a todos por doquier.
"La única cosa que sé dar es música"
"Hubo un cambio consciente a la hora de comprender que ya era Bonnie el que cantaba de principio a fin, y hubo un cambio consciente para intentar componer canciones con puentes, que integraran el puente y el estribillo en vez de evitarlos. Y a la hora de comprender que podía tener la libertad de componer en primera persona al haberme deshecho del cuerpo y componer a partir de esa otra primera persona que existía, pero solo en abstracto."
Me hace pensar en el libro que debe de haber sido escrito para explicar el monumental cambio de Animal Collective de esos primeros bestiales trabajos sin precisar a aquellos últimos títulos que crecieron tanto que se hicieron con un cansancio hasta absurdo cuando eran una banda tan interesantes en su delirio, en su desorden, en su todo.
El abismo infinito que son sus letras, solamente las represento en una frase, dejando constancia que el libro es una extensa entrevista temática o como sea que la hayan editado, mas no de letras como tal.
You remind me of something, a song that I am, and you sing me back into myself. When I wake sleeping, the song is a man and a woman and everything else♫
Y a pregunta seguida, Licht que recuerda a los australianos que (a)traen espíritus que fundan el mundo al cantar cantando a todos los que habitan el planeta.
Y para seguir en la tónica, cuando dice "Cantar como forma de expresar, o escapar de, o de expulsar acontecimientos insoportables: si tienes un cerebro pensante, algo a lo que algunos estamos condenados, tienes que tener algo, y ese algo puede ser el canto y puede ser el alcohol, pero es más progresivo que regresivo... no mejoras bebiendo"
Pero, es cierto, lo siento, una de las cosas que más me gusta ahora de leer es que leo únicamente libros en torno a lo musical, como cuando sospeché que era la literatura como sí el destino y no. Todo cambia o todo se puede cambiar, mejor dicho.
Y es divertido, porque la música es mil veces más que lo literario.
Por ejemplo, ahora que hablaban de lo LGBTI y de lo queer y daban nombres y citas y tales, y únicamente pensaba en las fotos del "Faenza" de Miguel Ángel Rojas.
Es más o menos así con los libros de música, que cada uno es tan especial como si de un concierto se tratara y a ello debiéramos callar para no hacerle el quite a lo que se siente mientras se hunde uno en esa orgía de sonidos antes de ser precisamente una voz autorizada.
Y como de todo se ha de aprender alguito, pues dejo abierta esta leve reseña con una cita ya casi al final del libro, cuando Will dice que "es muy gratificante llegar a donde no pudimos llegar en el estudio" y sea la interpretación que cada uno de ustedes le haga a dicha frase, pues será eso lo que dejo hasta acá la vaina

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