jueves, 12 de enero de 2017

Su'en ! Inanna ! Utu ! Ishkur !

EL TRIUNFO DEL NO
La paradoja emocional detrás del plebiscito

Andrei Gómez-Suárez
Ícono Editorial. Bogotá. Diciembre de 2016. 135 pp

Por supuesto no se puede decir que ya conocemos el final. Espero que no. Ayer salía la noticia de que se avistaban grupos 'paras' -y esa fue la expresión empleada por la prensa- cerca de los campos destinados a la concentración de los antiguos grupos guerrilleros. Hoy el mismo Timoleón se quejaba de que les habían quitado el agua y la energía en Tierra Grata. Espero recordar aquel tüit que Laura Bozzo puso tras el resultado del plebiscito: "Si los colombianos fueran dinosaurios votarían por el meteorito". No recopilé propaganda del "Sí" que entregaban en la calle; no le presté mayor atención a los movimientos del "No". Con la única persona que hable al respecto, me regaló un resumen oficial de los acuerdos y me dijo que no los iba a leer porque votaría "Sí". La tarde de la firma en Cartagena, el uribismo estuvo derrotado y me acuerdo de las comparaciones de Uribe - Ordóñez con Chaparrón y Lucas. Ese viernes en la nochecita, y de eso sí que me arrepiento, un grupo de no más de siete ancianos marchaba por la séptima gritando a favor del abstencionismo. La columna de Mauricio Vargas en El Tiempo confesando lo mismo; ni el Sí para las farc ni el No para el uribismo. El abstencionismo fue mayor al 63% y Mendoza, el escritor, se aterraba de que la gran gran gran mayoría de compatriotas tuvieron la oportunidad de cambiar la Historia Nacional y optaron por no participar. Va más allá de lo democrático. Ignoro lo del Brexit. En Estados Unidos la cantidad de gente que no votó. Ese fenómeno, más que una u otra tendencia es lo que más me llama la atención. "Me parecía intolerable vivir en una sociedad que negaba su presente" Mi simple y llana y sin fundamentos teoría es que el aplastamiento espiritual que el tardío postcapitalismo provoca en cada ser vivo, humano o no humano, es tal, que el estado natural hasta nuevo aviso será el aletargamiento, y ese vacío despresurizado, o no, que la zona de comfort se permite cubrir con salarios, partidos de fútbol o netflix, es la aparente tolda que cubre una verdad que solicita a gritos ser ignorada porque simular destreza frontal es quizás equiparable a presenciar la masacre que a diario exijimos para tener el plato en la mesa. Cualquier intento de provocar un debate de cierto nivel intelectual, únicamente será visto como la desgracia de no pertenecer a una élite que, desde los bisabuelos, permitieron que el bárbaro de turno tuviese acceso a universidad privada y de ahí en adelante, tarjeta con chip para cruzar esas puertas, cada vez más comunes, de torniquete, y así sentirse impulsado a controlar su esfinter de seguridad. "Es necesario mapear la esperanza, el optimismo y el entusiasmo que ha despertado el proceso de paz" que es mejor permanecer oculto como el caso de los peces exóticos decomisados a un Centro Comercial por la alcaldía idiota del nefasto Peñalosa donde todos salieron perdiendo. Al no saber afrontar más que la paz una disolución de un grupo guerrillero pronto transformado a grupo político, el miedo puede tomar cualquier forma, y si bien la época no es de desespero brutal, la sensación abotagada de desinteres o gaseosa con mucho azúcar o multiocupaciones o un huerfanismo heredado que nos lleva más que a confiar en políticos a cederles todos nuestros derechos hicieron ese titular del diario La República que decía #Incertidumbre. ¿Que viene ahora que sí es lo verdadero? "La reconciliación es producto de una transformación cultural que comienza por la honestidad de reconocer el uso de dispositivos retóricos instigadores de miedo, rabia, decepción e indignación" O simplemente el reconocimiento del Otro, posiblemente lo más difícil de hacer desde que la humanidad empezó a existir y los homo sapiens asesinaron a todos los neanderthales que todavía poblaban el planeta. Somos herederos de un profundo trauma emocional que únicamente se calma con más y mayor grados de violencia. La tarea colombiana es breve, "tramitar emocionalmente la transición de la guerra a la paz". Difícil, es cierto. Posiblemente el siglo termine con la imposibilidad de llevar a cabo la finalización del proceso. Pero está muy claro lo que se ha de comenzar a intentar hacer. Sobre la cuestionabilidad de la ausencia de crítica en la sociedad colombiana, basta ver la respuesta del rector Navas de Santamaría a una de sus profesoras, desde Los Andes, al cuestionar ella críticamente ciertas políticas poco acostumbradas por la tercera, a veces segunda, a veces primera universidad colombiana. ¿Qué posible futuro? ¿El nombre de esa nueva banda de crustcore Nv Fvtvrv? ¡El mayor enemigo de todos nosotros como sociedad es la Verdad! Tal como cantaría Hora Local: ♫Estamos todos implicados♫ Emocionalmente tan insensatos y frágiles y punibles y obsoletos y felices. Si desde hace doscientos años navegamos entre dos aguas, y si el marica Santos nos metió en esa vaina del Sí y el No, y si el agite actual por la capital está entre Peñalosa y Petro, ¿cómo como colombiano pretender escapar de sí mismo si al atender lo legal lo mismo legal hace mucha más trampa que quedarse por fuera del trato? Si doscientos años más después el 63% de la población se muestra desinteresada, de aquí a que se encuentre un reemplazo a lo democrático se tardarán unos ciento veinte años más para que la desazón corresponda a un magnífico ochenta y tanto porciento y la sociedad que quede entienda que hay algo que va funcionando mal. La "economía política de disposiciones afectivas" está conformada por la apatía, la indiferencia, el olvido y la simpatía. Y no basta con ser un pelmazo académico para caer en la trampa de apostarle a lo mejor para sí mismo y no para uno y los demás, como se vivenció en el apoyo blanco y negro y latino a ese presidente de Estados Unidos. "El miedo que caracteriza la incertidumbre de la coyuntura transicional" ¿Cómo pretender confiarse de la nada a la que estamos abocados como especie justo en este terrible momento en el que ya cruzamos el horizonte de eventos? Sinceramente, déjeme decirle, ¿cómo colombiano, usted sabe lo que es la solidaridad, la honestidad, la generosidad y el respeto? ¡y conste que le pregunto desde su séquito como familia, desde su núcleo, vigílelos a ver si desde su bisabuelo cumplen al menos uno de los cuatro! ¿A qué se deberá el pago a la crítica clase media Ministro Cárdenas y el miedo a revisar a fondo el tierrero transversal de los grandes poseedores de Tierra en Colombia? "El fortalecimiento de una ciudadanía activa, autónoma, autocrítica y ambiciosa es la clave para que Colombia no quede estancada en la polarización emocional construida desde 2012" ¡Ajá! "su apuesta por la reconfiguración de un nuevo proyecto de país que incluya a los campesinos, los movimientos sociales, las víctimas y las farc; que implique el reconocimiento de los errores del pasado de todos los actores y que rompa para siempre el vínculo perverso entre criminalidad, armas y política" ahora que ni siquiera las grandes producciones de Hollywood se salvan de dar finales felices a sus falsarias producciones. Son las nuevas generaciones las encargadas de exterminar la perversión social que ha alimentado una construcción esquizofrénica de nuestra identidad nacional.Trayendo a cuento aquel titular de Eduardo Arias en el que decía que a Bogotá únicamente la podría arreglar un terremoto de 9 grados en la escala Richter, pero ahora auspiciado para Colombia, porque tendría que exterminarse a sí misma la raza plebeya nacional y permitir que dos o tres personas muy disgregadas a lo largo del territorio se encarguen, sin siquiera saberlo, de repoblar el despojo que fue Colombia, y por supuesto, que la llamen como deberían llamarla de nuevo. Y termina con un párrafo especial que empieza "¿Cómo construir un proyecto de país basado en la templanza? ¿Cómo construirnos como sujetos y colectivos ecuánimes? ¿Cómo hacer de la política un pluriverso donde predomine la calma y no un cuadrilátero en el que libramos las batallas de nuestras rabias? (..) es esencial indagar aquellos puntos de fuga que permitan establecer en Colombia un marco de referencia emocional favorable a la reconciliación (..) nos permitan construir una sociedad basada en la «aceptación del otro como un legítimo en la conviencia» y ya. La esperanza sería lo último que se perdiera, pero como ya agotamos todo eso. "El planeta está en peligro" y si se da lo que dice el artículo, lo único que se puede hacer es no traer más chinos al mundo y cerrar la debacle sobrepoblacional, por lo menos, hasta pasado el 2060 si es que queda todavía algo de petróleo por descuidar y de ahí en adelante conformarse con adelantar gestas de millones de años para que la nube à la meteorito se deshaga y algo nuevo surga en lo que quedó de planeta tras la erupción de tantos egos
Aparte del interesante ensayo, en la página 85 aparece la voz de Julián de Zubiría que dice: tenemos que reconocer que la educación no ha podido movilizar al 63% de los colombianos para que participen activamente en la construcción de una mejor sociedad. No hemos podido doblegar su indiferencia. Tampoco hemos podido enseñarles a argumentar, leer de manera crítica, escribir e inferir a los estudiantes que pasan por nuestras manos (..) hemos fracasado como sociedad al intentar convertir la ira en alegría y el odio en solidaridad. No hemos logrado formar individuos que actúen impulsados por un criterio propio para pensar, analizar o decidir (..) nuestro sistema educativo ha fracasado en su intento por cambiar las estructuras cognitivas y valorativas de los estudiantes"
Tal vez, más que el fracaso del mundo académico por explicar el fracaso mundial es porque están miando fuera del tiesto al apuntar a una hidalguía que ya no existe o que fue parcial o espejísmica o simplemente imaginada. Y así como los magnates hundirán al planeta entero a partir del primer mandato de Donald, la estadística dirá, abrasiva por demás, que deberíamos prepararnos para la ceguera absoluta de la autodefensa de garrote en mano para custodiar nuestro propio cuerpo, y de ahí, perecer de la mejor manera antes de la emboscada por parte de quien sea que tenga la maravillosa suerte de mantener el mando rumbo al abismo de esa nada que será la galaxia en un planeta moribundo incluyéndonos como cepas mismas

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