sábado, 20 de mayo de 2017

Om Ah Hum Vajra Guru Padma Siddhi Hum

OBRA POÉTICA 1938 - 1995

Héctor Rojas Herazo
Instituto Caro y Cuervo. Bogotá. 2004. 393 pp

Justo recuerdo esa frase cuando Michael Stipe canta que lee mala poesía en el teléfono, cuando tocaba dejar mensajes en esos contestadores automáticos, y siempre he creído que es algo escrito por ese personaje que llama, que habla, no nadie más, sino esa persona que quiere oír a alguien que lo tranquiliza
Durante muchos años, cuando me creía que escribía algo que podría acercarse a la poesía, me designaba como un poeta menor,
un tiempo después, cuando decidía desmarcarme del usufructo de la Historia, empecé a considerar la apuesta por saber destacar aquién el Tiempo no se llevará entre sus fauces de olvido
Repasando la bio de G Martin sobre GGM, en Cartagena se conocieron cuando trabajaron en El Heraldo
He tratado de muchas formas recordar la traída a colación en alguna clase de la literatura del caribe colombiano, pero escasamente logro rememorar al profesor de la conferencia y me queda ya la duda incluso de sí se refería a Rojas Herazo
El libro lo obtuve en la Feria del 2009; cinco años antes me había hecho a una copia de "Señales y garabatos del habitante", del setentayseis
Mi apuesta por estudiar la literatura colombiana se enfrascó en otra clase de catapultas, por lo que dudé incluso en volver a meterme en la poesía del costeño
Hay una serie de advertencias, en el estudio de Beatriz Peña que acompaña a esta edición, o en la de Cobo Borda que da pie a la antología ensayística, pero que trata sobre la clase de rompimiento que tuvo la poesía de Rojas Herazo en un país tan exaltadamente conservador
La saga de emanaciones biológicas, más tendientes a la licuefacción de lo que tuvo vida que al flujo orgánico del placer y la motivación son la principal causa de la distancia
Pero si Héctor funda una nueva línea, ¿por qué su puesto es yacer en una tercera, cuarta, octava línea del óbside poético del parnaso colombiano? Tal vez por una razón también de tinte sentimental, y es que su poesía se desmarca tanto temáticamente como formalmente de lo que como colombianos esperamos que sea la poesía; sus canciones son tan largas como su novela de ochocientas páginas
Pero así como cantar es y tiene que ser de una sola forma: así sea vallenato, o así sea death metal, la valentía de Rojas Herazo es lo que más vale, quizás resultando más peligroso en su soledad mística y fisiológica que la dosis obligada que desde un Roca se pueda intuir al acecho de casi todo lo que ha de ser canónico
De ahí que junto a ggm la obra del patiero no sea más que un vulgar salidita de roca de semejante camino en el Acantilado conduciente al orden vital y familiar y de apetencia aceptada por el vulgo, que dice
Lo chévre es sentir como cada obra se va ubicando en su logrado puesto de destino, sin que haya fuerzas emotivas que la lleven por recorridos deshonestos
También me parece sentir palpar esas replicas de penes para masturbarse de tamaño considerable disfrazados de enfermedades de transmisión sexual
Sin pene y sin vagina, todavía queda la boca y el cvlo

Tenso equilibrio de tu fluir
Me dividía sin herirme como la luz
Y la desolación
Doblado en el olvido
Hiéreme doblemente
Dividiendo en asombro y en luto nuestra nada
Cada uno de nosotros es la culpa creciendo
Sin trampa en tu morir de cada siempre
Un susurro que piensa mientras duele

Y, por último, ese rastro espeso de no saber cómo abandonar el camino de violencia que nos envuelve como nación, para regresar, pero no ellos al frente sino desde la silla del poder, a cascar tantos muertos como puedan contarse para robar más y más tierras de campesinos pobres:

Paz oscura
Que madura mi luto desde siempre
Sobre las espadas que cegaron mi luz
Cada uno de nosotros es la culpa creciendo
Mesurado incendio
Duramente vacío

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