sábado, 3 de junio de 2017

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VIOLENCIA EN EL TOLIMA -Ríos de sangre, muerte y desolación
Ibagué. 2014. 244 pp
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BANDOLEROS -Imágenes y crónicas
Ibagué. 2010. 171 pp

Víctor Eduardo Prado Delgado

¿Qué más se puede decir desde los cuerpos brutalmente alterados de esa época de desazón tolimense pasada la coyuntura amarga del 9 de abril?
Lo más indicado sería enviar directamente a esa obra de carácter constitutivo que es "Matar, rematar y contramatar" de María Victoria Uribe y de ahí seguir un rastro que desde la ya marcada filosofía del cuerpo se puede poner a indagar por las motivaciones que llevan a ciertas personas a hacer eso que hacen con lo que fueron personas
Basta con meterse a la página de Memoria Histórica para desde los documentos en pdf dar cuenta de la voracidad paramilitar que se ciñó contra el pueblo colombiano más o menos desde finales de los 80's hasta mediados de esa década, la primera del XXI, que llamaron 'nada' los sociólogos
O seguir el rastro de perdición moral y absoluta ausencia de respeto para con la pareja en casi cada caso de feminicidio controlado por el absurdo posesivo de unos celos infantiles, a veces queriendo acabar con la vida de la mamá antes de que con la de la esposa

La Historia de la violencia colombiana no es de acabar alguna vez y mucho menos de otorgar, antes de la paz, el delicioso perdón por no traer a colación el olvido; y así podemos seguir, bendito sea vuestro dios por hacer que las estadísticas de población nacional sean mucho más bajas que las proyecciones que desde los 90's signaron el camino para contraer algunas dotaciones que, más que para mejorar la vida ciudadana lo que hicieron fue enriquecer escasos bolsillos, porque ser millonario es muy caro y por eso ser corrupto es el camino más expedito para alcanzar la cuota oculta de vuestra cuenta bancaria y eso implica, incluso el ex presidente hoy en día senador... repito, incluso el ex presidente Uribe, que se pueda robar cuanta tierra de inermes campesinos haya a la redonda para dejarle la solicitud de monumento nacional a sus queridos y educados en la England nietos

El problema de los Bandoleros, y de ello debe haber una gran laguna de tinta contándose y cumpliéndose en el olvido, es que eran eso, personas que asaltaban los caminos para robar después de que vieran, muchos de ellos, como los del partido contrario a los de sus padres los asesinaban sin misericordia casi como si fuesen objetos o piñatas que tienen que destriparse para reconocer que el odio se abreva un poquitico

Tiendo a pensar compasivamente en el caso del ex superministro Londoño a cuyo padre, dicen, lo asesinaron las farc y a él mismo, dicen, le hicieron un fallido atentado que lo obligó a recluirse desde siempre y hasta su siguiente muerte en su propio casa sin siquiera poder darse el gusto de volver a pasear a su perro al parque, recordando que iba armado en medio de las personas de todos los rangos y edades que coincidían con él en tal labor almizclera

¿Cómo lograr ese gesto tan importante pero tan malentendido en esta época de la gente de Bojayá, por ejemplo, que votaron más del 90% a favor del Proceso de Paz para que no se repita lo que tan dolorosamente vivieron?

"Living well is the best revenge"?
¡Pero cómo en semejante odiosa sociedad tan marcadamente diferente y elitista y racista y todo lo demás!
Educados más que para competir para impedir que otra persona sobresalga y si se aleja lo suficiente de nuestra fauce de ataque, lo mejor es que rece fuerte y duro para que nunca lo alcancemos porque lo matamos y comemos del muerto y de su familia

Hay una parte interesante de Prado Delgado y es que no solo tomó esa cantidad de fotografías de los despojos frescos humanos sino que muchísimos años después visita los lugares de las masacres para repasar la historia, encontrándose con todavía sobrevivientes que lograron escapar siendo aún muy niños como para ser divisados por los alterados asesinos que tampoco respetaban bebés ni para violarlos ni para tasarlos a puñal, machete o pica o palo
Ese paso del tiempo que parece calmarlo todo, pero que en sí es la nunciatura de que todo vale güevo en un sector posible y vulnerable de la población y que al no tener más recursos que el propio ser, no queda de otra que agarrar camino a alguna capital próxima, o a Bogotá, o sencillamente quedarse allí y vaya a saberse de qué manera sobreponerse a tal daño emocional

Creo que esa inutilidad del desgarro ante el cuerpo para matar es la máxima muestra de que nuestro canibalismo sigue tan rampante bajo una limitada capa de morbosidad que, tal vez si se pudiera estudiar medicina, se calmaría muchísimo al tener que ver, desde otra perspectiva, el cuerpo interno

No hay dios, tampoco, por supuesto, que ofrezca respuestas; en cambio sí que hay brujas, hasta de 150 años, que es lo que siguen haciendo narcos, paras, guerrillos, líderes políticos, pero siempre con el miedo a hacer el pacto directo con Don Sata porque saben que le tendrían que entregar todo para su celo, y aquí siempre gana el cordial conservadurismo que respeta con tanta fe lo enseñado por la mamita, así a nuestras parejas le casquemos porque hablaron de más con el vecino

País de malparidos inseguros

¿Cuál es la puta vergüenza que como país mantenemos contra el campesinado?

A veces no deja de serme una broma el pretender que hay todavía gente que anhela un futuro mejor o sin tanta violencia de esa macabra

Lo que no quiere decir que no sea triste que eso, nuestro íntimo holocausto, no sea marcado como con fechas importantes y más que a nivel nacional, toque ir hasta allá para presenciar ese tipo de museo a expensas del crudo tiempo que carcome todo con su natural malaña

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