CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
GGM
Debols!llo. Bogotá. Agosto de 2017. 136 pp
Había leído la bio de Martin. Es bien. Quería ller sobre GGM después de Otoño, y sí, es bien, la vida es más boba cuando llega la fama y todo eso. Ese man escribía una puta columna de opinión que se distribuía a nivel mundial. Tengo la edición original de Oveja Negra, heredada de mi madre, bendita ánima que en paz descanse. Son más de un millón de ejemplares. Hará unos diez años vi algunas versiones nuevecitas en una Panamericana. Curiosamente nunca pude ller esa edición, mi madre me contaba cómo lo habían destazado. Anoté cuatro títulos para ller, acceder por fin, para ller a partir de lo que me dejó la aventura de la bio del ¿Martin es escocés? irlandés? galés? En fin.... y cuando compré esa edición de Debols!llo, fue como, puaj, esa es la versión que quiero porque la quiero subrayar. Y uau, quedé como, maricah, qué obra tan triplehijueputa. Me gustó y la tuve que ller dos veces así seguidas, como la sensación con Jeckyll y Mr Hyde. Y la leía y sé que seré juzgado de manera recurrente y muy muy muy fuerte por sus seguidores, tendré que tomar medidas en el asunto, porque, obvi, es otra época, me refiero a que era otra época, 1981, y los escritores escribían, eran escritores que escribían y creo que las cuentas dicen que con Crónica, nueve millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, jaja, jueputa, y la leí, la había anotado, es cierto, pero la leí porque me daba risa de los escritores de hoy en día, de Carolina, de Héctor, que se la pasan echándose vainazos y ¿escriben? Sí. Y dan cursos. Pero ahora que todo cambió. Entonces más que escritores son generistas de opinión. Carolina haría un chiste bobo aunque creído muy inteligente sobre defecar la opinión. Como un coprófago. Como esas fotos de tumblr de la gente untada de mierda los días de descanso. Fornicándose entre la mierda. Y las recordaba a ellas. Toca así, ¿no? Mezclar los géneros. Porque ese man, yo nunca pude decirle de otra forma a GGM, ese man, es un hijueputa eterno. La clave, ojo, esta en la época. ¿Quién hoy en día se quiere perder la movida de un catre? ¿Y no es la verdadera era de la visibilización del contenido? Mucho más allá que la desviación de la privacidad. Una selfie, pero cuántos likes? Esa es la verdadera droga. ¿Cuál puto escritor hoy en día escribe y se dedica a lo suyo cuando no ganan ni un pito y necesitan comportarse como todo el mundo? Desde la finca o en carulla, allá que es más caro, Carolina irá a un D1? Una vez la vi por La Candelaria y toda elegante. Y una vez que la vi con Dalia y toda brava ladrándole a mis perros. Pero decía, mano.. ¿qué implica escribir hoy en día? ¿la soledad? ¿destruirse a sí mismo para dar con una orilla? No hablo de 1981. Hablo de 2018. Hoy en día Froome no correrá el Tour con esas camisetas de lana. Así mismo la gente que le da por escribir: haga un curso, edite, venga y le sirvo de agente literario, y tal y tal y tal. Jaja. Lo siento. Me gusta mucho burlarme de ese par. Generistas de opinión. Y lo que haré será destacar una serie de motivos que usa ese man en su novela, paisajes, cositas, imágenes, tornillos que se ven por fuera del casco del barco pero que sin ellos el barco se desfondaría. ¿Cómo diablos ponen esos tornillos ahí? bosque de higuerones; llovizna tierna; estribo de cobre; denso olor de aguas dormidas; cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponercon tantas astillas dispersas el espejo roto de la memoria; olor de bautisterio; los almendros de la plaza, nevados por el resplandor del amanecer; alforjas guarnecidas de plata; paraíso sin límite de las ciénagas cubiertas de anémonas moradas; borboritar las lágrimas; fronda de los tamarindos; mesa de vísceras; botella de gordolobo de vaporino; azahares de parafina; paráfrasis de desaliento; el racimo de sus entrañas
Ahora trato de hacer una pausa. De esa altura en que metían fragmentos de "Cien" en antologías de poesía. Recuerdo a Vallejo cuando dice, en la bio de Silva, que ya no quedaban poetas que merecieran ese regalo de la memoria. Pues vean, osea, más bien sientan, Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita desde siempre. Y más tarde, también ella, nos sorprendían los gallos del amanecer tratando de ordenar las numerosas casualidades encadenadas que habían hecho posible el absurdo, y era evidente que no lo hacíamos por un anhelo de esclarecer misterios, sino porque ninguno de nosotros podía seguir viviendo sin saber con exactitud cuál era el sitio y la misión que le había asignado la fatalidad. Bastan esos dos momentos para entender toda la infraestructura y logística que hay bajo cada obra que uno lee. Que se lee quitando capas y capas y capas de móviles hasta dar con la astucia que podría también llamarse talento. O trabajo. O equivocarse y seguir escribiendo. Escribiendo. Escribir. Eso es lo que me deja de enseñanza al leer a ese man. Nada más. Lo más grande que sentiré alguna vez. Escribir
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