viernes, 28 de mayo de 2010

ESPÍRITU BURLÓN TÚ NO PUEDES CONMIGO

CONSPIRACIÓN IGUANA

Pilar Quintana.

Norma. Bogotá. Junio de 2009. 318 pp.


Como no soy juicioso como Elkin Jiménez, el crítico de marras de los blogs colombianos, ni siquiera me aventuré a pensar en la posibilidad de tomar notas –esas que vienen acompañadas del mata pasiones número de la página engarzada- porque sólo me alcanzó la fuerza para llegar a la 23, 28 si contamos las que hice mediante lectura rápida.

Qué quede constancia ante notario que sus dos anteriores novelas las había padecido al completo, simplemente porque eran más cortas. De hecho “Coleccionista de polvos raros” -que se ganó el Premio de novela del Mar de Letras 2010 a mejor obra publicada por primera vez en España- tiene un dejo de interés que se opaca a sí misma frente al gran tema prohibido en Colombia: el narcotráfico; pero recuerdo sus descripciones de una Cali estrato bajo certera y eso hizo que le prestara atención desfachatada, es cierto, a este tercer título que no deja de ser una enorme gastadera de papel.

Muchas ventajas creí que tenía Pilar. Vivir lejos de toda civilización le provocaría, si no abandonar para siempre la narrativa, por lo menos una visión que la hiciera diferenciar de las estúpidas provocaciones de los citadinos –hoy estoy a punto de salir a un concierto, así que no daré muchos nombres-. Parece que no. Y apelando a Margaret Boden, se nace para ser creador. Cualquiera puede tomar un curso -9 formas de morir para no ir más lejos- y recibir el certificado de escritor. Y parece –Bonnett + Collazos + Abad serán los crucificados del presente- que fue cualquiera el que se presentó a esa B(ovada) 39.

Si es por la obligación constitucional de cederle un espacio a una mujer por ser mujer, prefiero ser encarcelado.

Igual, la mujer que siento que me representa en las lides literaturales se llama Carolina Sanín y ejerce, por el momento, mejor su labor de columnista que novelista. Pero al menos su propuesta no se enmarca tan fácilmente como la de la caleña.

Hace falta mucho pelo para moño, o que se deje crecer el cabello un poco más y se concentre en la creación como tal y sus apéndices y/o satélites.

Rescato, eso sí, la temática: variada aunque predecible de su obrita.

Y creo que no será más por ahora.

¡Dios!

¡Qué barbarismo!

A veces lo mejor es desaparecer cundo todavía hay tiempo.

Y a la editorial: coja oficio, no (nos) joda, carajo!


PD:


No hay mala escritora que dure cinco novelas ni Sandro Romero Rey que la defienda.


-Apúrele pués!


(La muerte, ese don……)

No hay comentarios: