CAROLINA SANÍN PAZ
Grupo Editorial Norma. Bogotá. Julio de 2010. 54 pp.
Sin poder precisar el porqué de su magia poderosa y seductora, he de confesar mi amor ciego e irrestricto hacia Carolina: tanto la novelista experimental y sin cierre de paréntesis de "Todo en otra parte", la biógrafa de "Alfonso el sabio", la cuentista rompeolas de "Ponqué" y la columnista de prensa -aunque a veces también te engaña-.
Yendo o viniendo, ya ni sé hacía qué lado de la arista geométrica apunto, no es de sorprender que se haya echado a la tarea de escribir un libro para niños.
Dalia es el nombre de su perra salchicha, motivo de algunas cuantas columnas desde uno de los principales diarios del país enclaustrado del sagrado corazón.
No sin esas trampas misticoteóricas o hiperacionales de semántica plena, hardcore y de raíz hechiza aunque volátil, los cuatro capítulos del pequeñísmo texto abren y cierran puertas a manera de estados anímicos mas mentales, engarzando o hilando las dos historias bellas y cautivantes que se cuentan...con los dedos de una mano pequeña.
El vuelo de la flor y el sueño de la perra; la lectura de la humana y el olfato de Dalia.
A manera de órdago, y aunque la cita indica que apunta a "primeros lectores", lo cierto es que al repasar cada una de las páginas y de los emotivos dibujos, de Juana Medina, se olvida uno del feroz murmullo del afuera, y desde esas personitas "que no están con nosotras", se comulga con una extraña alegría tan propia del estilo de la autora.
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