sábado, 14 de enero de 2012

EXPRESSION

COLTRANE HISTORIA DE UN SONIDO

Ben Ratliff

Global Rhythm. Barcelona. Jvnio de 2010. 303 pp

Una aclaridad: Aprendiéndole a Gombrowicz, lo que escribiré en este espacio será sobre mí en los libros leídos y no precisamente sobre los libros leídos.

Y mientras el sonido moribvndo de una guitarra tocada por una inglesa nacida en el 69 nos acompaña, damos cita al San Mateo 25, 35 topado en un concierto de Madonna de penúltima generación por concert channel: "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui huésped, y me recogisteis;"

"Birmingham
Birmingham
fue donde
4 de mis hijas
fueron asesinadas
John Coltrane
compuso
Alabama
fue la música
que hizo mover
mis pies
ellos nunca
fallaron"

Amiri Baraka.

(Reviso mis cuadernos de 1996 para transcribir ese pedacito de poema, y me encuentro con una galería de músicos que van desde la siempre presente Björk hasta gente del calibre infinito de Miles Davis y Bob Dylan.

Lo que uno es ahora ya lo fue en su más temprano remoto pasado, y el que fui en ese remoto pasado ya anunciaba al que sería al seguir siendo en este eterno presente.

A veces nos basta con recordar. A veces, con anotar en un cuaderno para no olvidar.

"Alabama" sale en el "Live at Birdland" del 63, y no sería hasta diciembre del 64, cuando compuso "A love supreme" que todo viraría y a partir de esa dirección, es en lo que pretendemos concentrarnos:

Coltrane moriría el 17 de julio del 67 de cáncer de hígado. No le dijo a nadie. Quería ser santo. Y ya había traspasado toda región humana y había volcado todo su ser a su música, que es su arte.

)

Ratliff busca seguir la historia del cambio del sonido de Coltrane, pero una cosa es la teoría o la gana y otra el resultado y la verdad.
Ratliff confiesa que no lo puede explicar, y mejor así.

Las probabilidades de salir vivo de allí las resume mejor Iggy Pop quien lo entendió en su época original con The Stooges: Iggy tradujo lo que Coltrane hacia con el saxofón a su cuerpo, y no es este el lugar para recordar todo aquello que Iggy se hizo on stage en los 60's.

(

Aparte de la excusa para oír la era Coltrane post 64: la primera vez no pude y la segunda vez me quemó el computador; la excusa es leer la poesía de Amiri Baraka, de Michael Harper y de Kamau Daaood.

A veces leer sobre música no deja de ser desesperanzador, pero nos toca, mano.
Toca cuando hay algo que remueve las entrañas y hay una salida por doquier a la sabiduría en esencia infinita o inmortal en lo que dure el ser humano vivo sobre el planeta.

El temblor de Wayne Shorter al decir que Coltrane sabía lo que le iba a pasar o que era un canal abierto produce temor.

Oír música arena: uno la coge, pero luego se escapa. Uno pretende beberla, y aunque resulta invisible, sacia la sed.
Calma el hambre. Completa. Acompaña. Atestigua. Amortigua.

Claro, aceptando que el "A Love Supreme" es un hechizo máquina que convierte todo a quien la oye en santo.


)

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