sábado, 8 de septiembre de 2012

Conference of the birds

JUSTICE FOR ALL: LA VERDAD SOBRE METALLICA

Joel McIver

Magic books. Abril 2010. 292 pp

Aunque mi afán por MetallicA llegó hasta el álbum negro y ya después poco o nada de lo acontecido en los noventas hizo mella en mi honor por salvaguardarlos de un naufragio impecable y equilibrado -¿orquestado en 1999?-, la reedición del Garage Inc en el 98 y la, por aquellos años, reedificiación de sus vinilos en 180 gramos, me levantaron el ánimo a tal punto que desde mi vivencia capitalina la relación no decae. Claro, al decir lo que acabo de expresar, el rótulo de consumista me enmarcará ante cierto germen diptópico de cúmulo de lectores que me siguen, pero ante la feroz honestidad, nada puedo hacer mejor que ser honesto.

Tengo una teoría, amén de la interesante pretensión de desenmarañar el por qué del triunfo de ellos en un medio en el que a cualquiera le hubiese tocado, haciendo del eco del tiempo una manía que del interés general lo percibe todo como con un deje tan mágico de sin salida porque nadie supo ocultar la entrada, que lo mejor es dejar todo callandito y seguir de espectador, porque la fuerza de Exodus, la manía de Slayer, la sagacidad de Armored Saint y la velocidad rabiosa de Megadeth no opacaron el eclipse de la estrella que se niega a morir al reinventarse como lo veremos en el siguiente párrafo:

McIver es un juicioso biógrafo, y poco o nada de ello se le podrá quitar a lo escrito, sobre todo en ese interesante autoformulario de mitos alrededor del cuarteto de siempre, dejando esa voz tan personal de lo que sucedía o acontecía o se desenmarañaba para bien o mal del resto de seguidores....

Pero al repasar la discografía completa, no es mucho lo que cambia: 4 primeros álbumes impecables muy ligados al espíritu de la otra década de los 80's; un álbum necio, mediocre, cojo, sonámbulo -excepto por un par de temas como lo son The God That Failed y Sad But True; dos trabajos que se salvan por lo sumamente arriesgados aunque pálidos si se comparan y un tanto distantes si se dejan objetivamente al margen, muy mudos quizás; un trabajo -el mejor para mí- que los lleva por una senda tan desconocida, que los convierte en el Quijote de Cervantes para descabezar a todo aquel pretendedor de la corona del reino Nü; y un Death Magnetic que los vuelve a poner, con veinte años más, sobre una palestra que sigue siendo de ellos porque ninguna banda pudo escalar tan fuerte...

Recuerdo que desee comprar el libro de sus letras y hurgar entre sus recovecos, y atender al llamado de su periplo mundial dando click a cada uno de sus set list a modo de acercamiento a un monstruo que difícilmente se volverá a ver por estos siglos venideros, amén de la compañía que saben brindar en los días de soledad pegado uno a la experimentación neutral enérgica y corporativa de la que tanto todos se han visto beneficiados....

De tal forma que dicho lo hecho, y recordando algunas circunstancias, MetallicA es tan grande, que sin casi darme cuenta, ejercen un poco la función de The Simpsons: a cada integrante de mi familia hay una historia pequeñita que los une; excepto que con la familia aquella la relación terminó circa 2000, momento desde el cuál he reactivado la dosis que ya todos, enemigos sobre todo, reconocen en mí....

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