ULISES
James Joyce
Cátedra. Madrid. 2011. 910 pp
La edición de García Tortosa es más exacta pero me hace extrañar la de Valverde, a lo sumo, por ciertos giros menos inhóspitos -las los- y porque por alguna razón, con la de Umberto me reí más, posiblemente, porque la vez pasada que lo leí estaba un tanto más inexperto y por ende, cercano, aunque no me diese cuenta de ello.
Lo cierto es que, vuelven a surgir las recomendaciones que se descubrieron alguna vez: es mejor leerlo en voz alta para alguien, y con un lápiz en mano para cazar los puntos indicados o giros que uno se llevará en su memoria compleja memoria a su propia tumba.
Ulises es una novela cruda, tan normal, pero tan densa, como todo aquello que uno le oculta a las demás personas cuando se está solo: las babas, los olores, las suciedades, el hedor, la acostumbrada podredumbre que somos en el hechizo mortal que tenemos a modo de cuerpo, en sí, el tiempo que campea a nuestros ardores sin dejar huequito libre de placer o de dolor.
Y ahora, justo en este 2012 que el irlandés es ahora nuestro siguiente "agente libre", valga la esperanzada espera que no agotadora para salir en pique a la cantidad ingente de estudios, formatos, ligas y herrabundadas que nos hallaremos en un inmediato futuro para regocijo nuestro.
Una obra mágica y finita, con tanto volumen por masturbar a lo grande, que merece, casi al instante, una repetición, vuelta al ruedo con Valverde, para luego emplearse a fondo y cruzar a nado el canal en su idioma original
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