METONIMIAS Y ANTINOMIAS hablo, hago, callo
Manuel Hernández B.
Universidad de los Andes. Bogotá. Noviembre de 2008. 186 pp
Hay algo inasible en el profesor Hernández, algo que de evidente se oculta y que al sentir sus charlas, de algún modo todo lo que dice queda sostenido en una levedad de tal naturaleza que cuando se recorren algunas calles nombradas por suyo propio, ninguna vuelve a ser la misma.
A lo sumo, porque anuncia el desprestigio de la unión sagrada de las ciencias diferentes para medio entenderse a sí mismo.
Desbordante aclaración vía La Hojarasca siendo los raizales quienes han de descubrirse a los foráneos para permitirse empezar dejarse ser; y a ello, súmele las investigaciones de la violencia en Boyacá desde comienzos de 1930, lo que (nos) deja como herencia desenredar la tal maraña de bipartidismo que (nos) insiste.
Historia como un desfeliz presagio al modo L'hermite para adentrarse en la lugubridad de la que mejor será no entrar, y así, repetir una y otra y otra generación el mismo asunto vil y terrenal.
De tal manera que, Charles Bergquist, Pierre Gilhodes, Jaques Aprile, Catherine Legrand deben ser sumados al canon del mapa lectural para dar medianamente con un chiste, aunque la forma en que teje, divina, Manuel, forma parte de esa maestría que parece nacer con uno(s pocos).
No de otra forma se puede entender la manera biológica que emplea para leer e ir hilando esa densidad con el otro, tanto autor, como texto, como alumnado, casi como si de una herida trinidad se tratase.
Y al final, como en el disco-libro "Arropame, que tengo frío", de Claudia Gómez y Alejandro Tobón, "El disco que hoy ofrcemos contiene una selección de ese romancero: el de los romances antiguos, remanente de la conquista española y de la evangelización; el de los alabaos-romances que le cantan a la muerte de los adultos; el de las canciones seriadas que se entonan sin cesar para hacer más corta la noche del gualí; el de las historias del nacimiento de Cristo para alegrar la navidad; el de los xcantos de trabajo que siguen denunciando dos siglos después la esclavitud; el de la vida cotidiana que permite descubrir la esencia de la gente. Romances sin autor porque son de todos, romances que se cantan y reinventan de comunidad en comunidad. Por eso en sus textos y en su música se descubre la multidimensionalidad y pluralidad de la cultura atrateña en su contexto histórico y social"
¿Nos será suficiente?
No debo dejar de recordar a Dylan cuando dice: "A veces lo único que se necesita es un guiño o asentimiento por parte de una persona inesperada para acabar con el tedio de una existencia confusa"
La semilla, la metáfora de la que tanto se precia de hablar el profesor Páramo, la semilla digo, está ahí, y quizás ya sembrada o no puedo dar fe ni cuenta ni dato de ello, insisto, por el momento, en pensar en cómo diablos cuántico llegó a mis manos sin siquiera darme cuenta, pero juro que una mañana, como con los dientes que uno dejaba al ratón miguelito, ya estaba ahí.
♫But you I'll remember always♫
Esa es la otra enseñanza, el modo menos tradicional, cuando al desengancharse del convoy, la soledad atroz es la que finalmente ejerce compañía...
Mientras tanto, la cultura espera a por el siguiente ardor... Emma va delante de nosotros, pero ya entró e inicio el connato dichoso que nos botará a todos....
Para mayor información:
http://www.manuelhernandezb.co/sitioflash/
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