CampoSanto

DIARIOS

Fernando Pessoa

Gadir. Madrid. 2009. 144 pp

Suelo decirle "Santo" de la manera inversa, de la antigua forma oscura, más lúdica que siseante. más desobediente que nínfula.
Y al volverme a dejar llevar por un sistema de colapso que difiere en la bienaventura, siento que caigo de pie al volcarme sobre el terreno inhóspito de su directriz temprana, apenas alzando el vuelo ya en la justa mayoría de edad, simbólicamente, apretujada, en alteraciones lívidas que insisten en hacer seguir la línea que figura más allá de la misteriosa sombra del borde del libro. Como si cada eco susurrado insistiera en seguir diciendo algo cuando la ruina no ha terminado de erigirse aún cuando la niebla está de su parte.
O lo llamo "Sacro", por lo que dice enseñar, sugestivo él, indirecto él, apelando al dichoso dicho de que lo que se habla se convierte en prisión y por elllo seguir la estela del silencio. De una noche ignota puesta a disposición de la siguiente voluntad que escapa bajo aullidos neutros, al sí mismo que vocifera compañía, que rasga la miseria, convocando al ruido de la soledad para aumentar la masa que habla, que escribe, que vive, que se permite crear por sobre todas las cosas.

¿Pero descubrir qué?

Lo poético, la admiración, lo perplejo y lo lento, la sed, la lucha por el recuerdo, las condiciones en que surge el conocimiento, el sonido, cada sueño que lucha por su ingravidez de regreso,  la labor de forjar patria y el camino pisado herencias ha, la contraindicación de no contradecirse, el vacío de sensación, el salto de era, los puentes comunicantes, el vagar, los fluidos, el navegar y saber hacerlo a cuentagota.....

Parece tan fácil predecirse a sí mismo que no hay duda de que la poesía ablanda el campo cuando la filosofía excede al personal de cuidado.

Porque volar no se enseña sino en la composición, y de cada compostura brota el maná que amortiguará la caída futura, que es otra forma de decir o señalar la más próxima...

Pessoa permite visibilizar al lector de su obra....