sábado, 26 de septiembre de 2015

Innocence and Illness

DAVID FOSTER WALLACE
Todas las historias de amor son historias de fantasmas
 Una biografía

D. T. Max
Debate. Septiembre de 2013. Barcelona. 471 pp

Se vale seguir siendo DFW porque será únicamente bastante después que se alcance la cuota suficiente del desenlace de lo que escribió, de lo que dejó, de lo que se permitió.
D.T. Max ofrece una esclarecedora biografía, tal vez no tan detallista como cuando se vuelven cansonas de alguna manera, y sí con la suficiente sensación proteíca para quedar conmovido por la extraña vida del geniecillo, lo que más vale acá es que se cuenta plenamente lo que cuesta ser alguien que escribe o crea en un mundo inmerecido que urge de otro tipo de acciones más mundanas, para poder llevar el pan al bolsillo y dejar a la sociedad satisfecha.
Supongo que el intuir no es válido para estas épocas, pero no queda de otra cuando quien fue alguien famoso muere y la gente se diluye entre su memoria, desdoblándose en dos o tres y así aumentar el número del duelo.
Y quizás, como con Joyce, lo que menos vale es si leyeron tal obra o no.
Porque hasta se vuelven cansones quienes se las dan de que fueron los primeros en abarcar esa distancia infinita, aunque para el parangón actual, de poco o nada les ha servido el que las hayna leído de primeris, marica.
Son muchas cosas las que quedan, aunque me tocó leerla en una sala de urgencias, el hecho de no haber tomado notas no impide que tenga que esforzarme un poquito de ma´s parallenar el conjunto del espacio.
Trataré de ir en orden, recordando a medida que escribo.
Wallace no dejaba nada suelto en su obra. El hecho de que haya sido estudiante de filosofía ayudaba resto en esa sazón. Más su hervor por Wittgenstein. Heidegger. Derrida. Su ufanación de saberse absolutamente toda teoría literaria puesta a disposición del ser humano.
Su designio como profesor, si bien carismático y con una voluntad envidiable, obligado por ciertas circunstancias creíbles para no morirse de hambre.
La altísima competitividad.
Su pailera en las relaciones con personas del sexo femenino, y el embolate hasta pensar en asesinar al esposo de aquella dama a la que finalmente pudo cortejar y que todo terminó en la mismísima mierda.
Sus cartas. los montones de cartas que escribía como modo de desculpabilizar su frialdad ante algunos proyectos de avanzada literaria.
Franzen.
Las dilataciones para con "la broma"
Cada una de las horribles sensaciones de la depresión
Su mamá, que se inventaba palabras
Su hermana, que después fue una de sus mejores amigas
La gira de "la broma" que fue cuando se desató y fornicaba cada noche con una muchacha diferente y creyó que ese era su destino
La crisis terrible de lentitud de lo que sería "El rey pálido"
La explicación de algunos de los frentes de no ficción, como el de la feria aquella del medio oeste, que fue con su novia de la época y después Max dice que Wallace inventaba cosas icnreíbles de mentiras que los editores le toleraban
"Entrevistas breves"
La solución arriesgada que optaba cuando escribía sobre matemáticas o sobre el hip hop
Su relación simbiótica con los perros
Su pésima alimentación cuando no tenía qué más comer en esos años de la mitad
Karen, por favor
Toda persona que se cuadre con una Karen sabe que tendrá a la mejor compañía humana nacida sobre la faz de la tierra
Tanta inteligencia que apabulla
La yerba
El alcohol
Viendo Dr House para ocultar su depresión con enfermedades raras
Sin gramática no hay etiqueta
El escaso parecido pero similar en contexto con Kurt D Cobain
La magia que despertó en las nuevas generaciones con su prosa para inyectar
Sus cuadernos
Sus rehabilitaciones
DeLillo
Markson
La escoba del sistema, que tanto me aburrió
Extinción, que fue mi favorito
El rey pálido, que es increíble
Pynchon

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