sábado, 30 de enero de 2016

Baptists + Obliterations + Sex Prisoner in support

IMPOSTURA

Enrique Vila-Matas
(t.f. "En un lugar solitario, narrativa 1973-1984)

Debols!llo. Barcelona. Marzo de 2011. pp 407 a 473

El otro día me acordé de ///yuya/// porque almorcé en el restaurante vegetariano donde la vería por última vez, aunque me era imposible intuir que nunca más la volvería a ver. Esa tarde caminamos por algunos pasadizos de La Candelaria, tomamos café, hablamos de algunas cosas, ya no muchas, y tiempo después, cuando me escribió que deberíamos volver a vernos, no fui capaz de responderle, ya la cepa de Julia estaba dentro de mí y sería otra historia que debía vivir.
Como suele ser, nunca me despedí de ///ella///

Le había propuesto que me ayudase en el ciclo colombiano que di en llamar La Golden Putumayo y que tuve que dejar incompleto para sumergirme en la obra del catalán que leí, quizás entre 2009 y 2011 en orden cronológico, paciente, aunque en un embale pluscuamperfecto debido a la ansiedad que me provocaba el saberme ante uno de los mejores autores, Y vivo, de nuestro(s) tiempo(s)

Últimamente, al caminar con los perros por tan distintos lugares de lo que es el centro bogotano, he visto a gente no adulta joven, tampoco de mi edad, pero si de cierto recorrido mundano por sus propias historias, con camisetas de los Chili Peppers, y recuerdo que tras el "One hot minute", de 1995 y mientras esperaba lo que sería el "Californication" y ese desespero que ya me producía la voz de Kiedis y por más que lo admirara las guitarras tan poperas de Frusciante, empecé a arder en furias con FNM y todo ese montonón de proyectos de Mike Patton que sigue tan vigente al día de hoy

Con el catalán me sucedió lo mismo, al descreerle y no aceptar la puta piedra que me saca de quicio por las bobadas que le publicaron y que, es cierto, no merecían un reconocimiento como el que más tarde obtuvo, si mal no recuerdo, a partir de "Literatura portátil" cuando se dio en saltar cuánticamente para mejor de todos nosotros

A su favor, que la banda que ahora lo reemplaza es Gombrowicz, Sebald y Foster Wallace, algunos de sus recomendados, por lo que ha de estar tranquilo porque ya pasé la etapa de vanagloria del español

Anexo, ya para finalizar la primera parte de un ciclo que me fue fallido, el anhelo por la obra de Vásquez, "La forma de las ruinas" que, sin creer mucho en el bogotano posterior a "Los informantes", me late que, como colombiano interesado en la violencia, ha de deber parapetarse como mejor pueda para protegerse a él y a los suyos de un ambiente lo suficientemente infecto como para violar primero y preguntar después; y no saber quitarme la urgencia en sospechas de que esa mescolanza que logra en tan autobiográfica novela le debe el camuflaje a Enrique, pero para cuando la haya leído, varios premios más allá, quizás ya todo vuelva a estar en paz con todos como antes de lo urgente

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