sábado, 9 de abril de 2016

Rains Thru The Roof At The Grande Ballroom

¡Y QUÉ...!

Víctor Raúl Jaramillo
Hilo de plata. Medellín. Mayo de 2015. 41 pp

Lo importante es hacer, podría dejar dicho producir, no sé qué uso se le deba dar a esa palabra en cuestiones creativas, dejar obra que dejó dicho el caleño

Con Víctor Raúl también sucede que esa actividad por encontrar sus libros hace que al alcanzar el punto de ignición de cada lectura, todo el complejo engramaje que requiere la lectura, entre en una precipitación locuaz, quizás acorde a aquello que se anticipa se va a leer

La última estación había sido "mancha negra y furia o jugada maestra" (Somos un diálogo, sin fecha precisa de edición) su versión personal de la música pesada de Medellín que ampliaba ese marco sin fisuras, también sin una esperanza conocida de límite o borde, esa informulada nube que viene siendo una preci(o)sa forma de expresión, tan relevante como escondida, tan vital como mantenida en un sueño de punta de lanza a esa esencia que rutila en tanto tiempo muerto

Se anuncia una reedición revisada por 'Piolín' la cuál deseo luchar para obtener y ya que abrí un paréntesis, únicamente reitero la vital importancia de un gesto creativo tan en contravía de lo acostumbrado en estos lares que desde entonces cualquier gesto neodramático que involucre lo que comúnmente se llamaba hardcore, metal o punk sea tenido en cuenta como la validez presentual de una historia nuestra que día a día devora el tiempo para traducirlo a memoria, a olvido

Parte de ese cruce viral entre una descarga emocional y un mensaje de inducción -el documento de ¡Y qué...! fue escrito en una sola noche, en una sola toma, en 2011- habla de no otro momento que la aproximación a un tiempo al cual es deber afrontar para no dejarse derrotar aunque inevitablemente más pronto que tarde se irá a encontrar uno caído, con toda defensa rota, tal vez sea a tal condición a la que sea obligatorio llegar, toda la vida vivida para condensar el instante

Así mismo, dentro de la marca (tan) apetecida de la desconflitura de la racional identidad, esa inmediata galaxia por explorar siendo uno mismo dentro del propio cuerpo, los pasos catedralicios para ir abonando el paso a paso para ir mutando, así sea a contracorriente, hasta alcanzar el beneficio de la locura, la indocilidad

La erótica, en defnitiva, del carpe diem

La disolución del sí en una desconocida libertad

La posibilidad de dialogar aún cuando aquel otro lenguaje carezca de un cómodo entendimiento para nos

La luz, a la que Víctor nos enseña a no opacar las demás, desde antes de ese 1987

La multiplicación de los panes y el sabor dejado del vino en ese gozo extremo, infinito, cuando uno se deja llevar por ser

El "El secreto somos nosotros mismos"

Esa desesperanza al quitarse un foco de meido de encima 

Esa degradación, esa enfermedad

El hijo (no declarado) de Satán en esta tierra, tan abonada para el mal

Esa recomendación de Daniel para que tu voz, Víctor, insista en seguir que tanto la necesitamos

Ese nudo que no es otra cosa que el miedo cuando toca el amor

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